Celeste Pérez
Si al escuchar la frase ‘República Dominicana lo tiene todo’, una de las campañas más atractivas del ministerio de Turismo, piensas que exagera un poco, me atrevo a afirmar que es un concepto más real de lo que se puede imaginar. Para nuestro regocijo, no existe visitante, desde cualquier rincón del mundo, que no quede encantado con las bendiciones de este país.
Entre esas maravillas está la provincia San José de Ocoa, que sin importar las veces que la hayas visitado cada viaje es particularmente especial. Allí, en este paradisiaco escenario, que tiene la particularidad de estar enclavado en un sistema montañoso que forma parte de la Cordillera Central, se realizó la segunda edición del Festival del Cerezo, en Rancho La Vereda.
Un espacio mágico
Invitada por los organizadores, estuve de cerca disfrutando de la propuesta. ¡Espectacular! Sería una palabra adecuada para describir la magia del lugar. Desde el trayecto, el clima, el paisaje, los animales, hasta la calidez de los anfitriones, Bismarck Morales y Junior Jorge. El Rancho La Vereda es una muestra de que es posible concebir la complicidad perfecta entre la naturaleza y el ser humano, respetándose mutuamente. Pero además, el inmenso terreno tiene un encanto único: La flor del cerezo. Conocida en Japón como Sakura, es el símbolo del inicio de la primavera, de la belleza femenina y la sexualidad. Pero también representa la renovación y la esperanza. Para los japoneses estas delicadas flores se asocian de forma genérica con la fragilidad de la vida, que ciertamente es transitoria, “porque una vez brotadas, las flores sólo viven dos semanas antes de deshojarse”.
Filantropía
Conociendo las virtudes espirituales de Bismarck, algo tendrá en común este místico significado con el objetivo del Festival del Cerezo. El encuentro no solo es cultura, el cerezo, además, cobija la solidaridad. Bismarck y Junior magistralmente han logrado una excelente plataforma para dar a conocer las bondades de la provincia. Un arduo trabajo que merece el reconocimiento y apoyo de las instituciones gubernamentales. Hermosos montajes de inspiración para bodas, una oferta gastronómica de lujo, moda y belleza, se unen en favor de las fundaciones Huellas de Ocoa y Apoyo al Hemofílico.
Estas instituciones no solo reciben soporte económico de los fondos recaudados durante el Festival, Bismarck y Junior se involucran con las acciones, son parte de la comunidad de voluntarios y se convierten en testimonio de que la diferencia para contribuir a crear un mundo mejor, radica en la intención y la disposición que se tenga ante la vida.
Un emotivo discurso
El discurso de Bismarck Morales durante la inauguración del primer día del Festival, fue una emotiva reflexión que invitó a los presentes a valorar y a respetar a su pareja. A amar sin prejuicios, a soñar “porque no hay edad para alcanzar una meta cuando trabajamos con ahínco”. Morales, con un lenguaje sencillo y frases sabias, recordó lo efímera que puede ser la vida y la importancia de identificar nuestra pasión con la intención de disfrutar la plenitud de cada día. Me encantó la recomendación, perfecta para empezar a celebrar el Mes del Amor y la Amistad, y lo mejor, no tuve que ir a Japón para admirar la belleza de la flor del cerezo.
¡Hasta el lunes!
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