La joven escritora ocoeña Scarlet Shirley Sánchez, es la autora de la novela Castel Blanc, Los Guardianes de la Luz. Se trata de una obra perteneciente a la literatura juvenil, del género narrativo fantástico.
La literatura fantástica es un género de ficción narrativa que utiliza elementos sobrenaturales, como criaturas mágicas y lugares legendarios. Dentro de sus principales características o temas habituales en este tipo de narración está la eterna lucha entre el bien y el mal y la presentación de mundos imaginarios, criaturas sobrenaturales, el uso de la magia, etc. A diferencia de la narrativa realista que requiere una justificación de los hechos para dar consistencia al argumento, en la fantasía no es necesario justificar que un conejo pueda hablar o un árbol caminar. Al ingresar a un mundo imaginario, el lector está consciente de que todo es posible.
Julio Neveleff en su libro “Clasificación de los géneros literarios” indica que la literatura fantástica puede entrar en el campo del terror, como sería el mundo de los zombies, los vampiros, etc; en el de la ciencia ficción, presentándonos unos adelantos científicos que aún no existen, o bien la recreación de un mundo maravilloso. Lo que caracteriza al género es que la fantasía es algo que no puede existir, donde encontramos seres como elfos, magos, hadas, duendes, dragones, unicornios y un mundo completamente distinto a cómo funcionan las cosas en el nuestro.
Para Tzvetan Todorov, la fantasía implica algo más que lo narrado, también abarca la manera de leer, proporciona una vía de escape de la rutina a través de la creatividad imaginativa, porque si hay algo que caracteriza la literatura fantástica es la libertad, total y absoluta, de que dispone el autor para crear una historia, ya sea a partir de la nada o utilizando referentes anteriores, como ha hecho Scarlet en su novela.
Dos de los más grandes exponentes del género son J.R.R Tolkien, autor de las fantasías épicas El Señor de los Anillos y El Hobbit; y C.S. Lewis, autor, entre otras, de la célebre serie de Las Crónicas de Narnia. Ambos fueron compañeros de estudios en Oxford. Otros muchos se han destacado como Michael Ende, con La Historia interminable o la escritora J.K. Rowling, autora de los libros que conforman la serie de Harry Potter. Pero los orígenes de la literatura fantástica realmente hay que buscarlos bien atrás en el tiempo. Los relatos de Homero que nos hablan de Minotauros, Cíclopes y sirenas son uno de los referentes más antiguos de este género.
Pero ya fue suficiente de este preámbulo. Pasemos ahora a Castel Blanc de manos de su autora. La obra, a mi juicio, está profundamente influenciada por C.S. Lewis y su novela El León, La Bruja y el Ropero. En las dos historias tenemos unos hermanos que atraviesan un portal y llegan a un reino en el cual existía una profecía donde ellos aparecían como los salvadores del reino amenazado por fuerzas oscuras. En ambas, a los hermanos se les otorgan unos super poderes para llevar a cabo su misión.
La novela de Scarlet, siguiendo la tradición fantástica, está repleta de personajes de la mitología nórdica, tales como los elfos, duendes, hadas. Esa mitología que recogen Tolkien y Lewis, y todos los que han seguido después de ellos. Recordemos que los vikingos se asentaron en Inglaterra y allí incorporaron lo que eran sus costumbres y creencias con la de los sajones. Por ejemplo, los elfos, son personajes de la creencia nórdica, que podemos ver en las obras de Tolkien como seres hermosos, valientes y grandes guerreros; mientras que en la saga de Harry Potter aparecen como pequeños seres, que aunque con poderes mágicos, su voluntad está atada a la de su amo. Los duendes provienen de la tradición irlandesa, en tanto las hadas tienen un referente en la antigua Grecia. Ovidio habla de Hados en su obra Metamorfosis. Hay quienes le atribuyen un origen céltico. Los dragones, que aparecen en Castel Blanc, pertenecen tanto a la mitología europea como a la oriental.
La novela puede ser leída de forma rápida, contínua y simple. La narrativa de Scarlet es fluida, limpia y directa. Sin embargo, hay otra lectura posible. Y es que la novela está llena de claves, paralelismos, códigos, que requieren de un lector avezado para advertirlos.
Si en El León, la Bruja y el Ropero, los hermanos abandonan la ciudad de Londres ante la destrucción ocasionada por los bombardeos de los alemanes; en Castel Blanc, la destrucción es de otra naturaleza. La abuela, Mamá Caro, está perdiendo la memoria, que es otra forma de destrucción.
El cuerno llamado Galar podría hacer referencia a una región del mundo Pokémon o también podría ser un anagrama de SAN-GRAAL , nombre dado en la leyenda del Rey Arturo al Santo Grial, proveniente del antiguo francés.
La llave flotando sobre un estanque es una analogía a la espada Excalibur surgiendo de las aguas de la mano de la Dama del Lago, en la mitología anglosajona.
El pasaje en que uno de los personajes, Lucas, se enfrenta a un cíclope y lo derrota con un tirapiedras, es una clara referencia a La Odisea, cuando Ulises le clavó una rama de olivo al gigante de un solo ojo. Es decir, una referencia a la mitología griega.
Konath, el conejo en la obra de la ocoeña, tiene su par en el conejo blanco de Alicia en el País de las Maravillas.
El espíritu alegre y festivo de los Tierralteños recuerda la vida apacible y tranquila de los Hobbits en la Comarca de Tolkien.
El Ministerio de Objetos Astronómicos nos remite al famoso Ministerio de Magia de la saga de Harry Potter
En cuanto a algunos nombres como Paynal, personaje que tiene la capacidad de convertirse en un armadillo, viene de la voz Nahuatl que significa pequeño corredor veloz. El nombre de la ciudad Thara, viene del árabe que significa adinerado, rico.
Castel Blanc (en francés) significa Castillo Blanco, podemos encontrar una referencia en Castle Black (en inglés) en Juego de Tronos, que significa Castillo Negro. Foneticamente parecidos pero con significados totalmente distintos. Una broma de Scarlet?
La utilización del mapa del reino es muy típico en las novelas en que se recrean un mundo irreal. Lo usó Tolkien en El Señor de los Anillos para representar la Tierra Media, lo hizo George R. Martín en Juego de Tronos para representar a los 7 reinos de Westeros.
La autora desafía constantemente al lector, por allí unos versos de Rubén Darío, por allá los versos de Whitman al asesinado presidente Lincoln, frases entre comillas utilizadas como citas, invitan al lector a indagar, a escudriñar el origen, la fuente de la misma.
En definitiva que Scarlet toma elementos de otras historias del género y conforma con ellas su propia historia.
Recomiendo su lectura a todos los jóvenes y a los adultos también, porque como dice Mamá Caro “no dejes que al crecer te roben el asombro. Los adultos pierden la capacidad de creer en lo que es verdaderamente hermoso. A ellos se les olvidan los milagros que ocurren todos los días, porque andan siempre muy apresurados. La historia que les voy a contar tiene toda la verdad con la que puede contarse una historia”. Bienvenidos, pues, al reino mágico de Scarlet.
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