Por Nóbel Mejía
Aunque estoy claro de azotea, confieso que mi corazón está dividido al ver buenos amigos y gente estimada, algunos con ideas y propuestas avanzadas, corriendo tras la alcaldía del municipio San José de Ocoa. A ustedes les tengo buenas y malas noticias, sobre todo porque no quiero verlos alegar ignorancia y tomar decisiones incorrectas cuando venga el tablazo.
Soy el primero en creer y defender que es momento de que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tome las riendas de la principal alcaldía de nuestra provincia. Ahora bien, hay que estar conscientes de que se impone una realidad política. El alcalde Aneudy Ortiz Sajiun tiene altas posibilidades de ser el candidato y, voy más lejos, ganar y repetir en el cargo.
La señal más clara del asunto es que se esperaba Ortiz se inclinara tras una diputación y no ocurrió. Tal hecho nos hace pensar que Miguel Vargas y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) influyeron para que el joven alcalde siga al frente del gobierno local. Es muy probable que lo asegurado, amarrado o aconsejado en las altas instancias sea eso. Es la posición que le conviene al presidente Danilo Medina en medio de una situación de alianza y, al mismo tiempo, sumamente fácil trabajarla. Una diputación es iniciar en cero. Fíjese que menciono al mandatario porque no hay que ser un genio para saber que el binomio PLD-PRD tiene un 99.99% de repetirse en el 2020.
Sigan en sus aspiraciones porque la actividad político electoral está determinada por coyunturas y, aunque ustedes no lo crean, estas pueden verse obligadas de la noche a la mañana. Más adelante puede armarse un muñeco con Aneudy señalado hacia otra posición, cosa que dudamos ocurra. La alianza PLD-PRD no está asegurada bajo una candidatura diferente a la de Danilo Medina, no siendo secreto para nadie que el romance del jacho es con este último. Es improbable que bajo los términos de una alianza se convoque una lucha interna. Aneudy es el pollo de Miguel y el baile es a ese ritmo o no se mueve la cintura.
Si el PLD se reserva la candidatura a la alcaldía de San José de Ocoa es casi seguro un plato a la carta con Miguel Vargas de comensal. De hecho, existen aseveraciones por deducción de que esa alcaldía está en la famosa lista propuesta por los leonelistas.
Un escenario remoto posible es el rompimiento de la alianza a nivel nacional y/o local, independientemente de quien sea el candidato presidencial del PLD. Bajo un panorama de tal naturaleza podemos pensar en primarias para escoger candidatos pero, aun así, tanto el PLD como el PRD pueden decidir las cosas al dedo en sus respectivos partidos. Haciendo la salvedad que este último no es dado a esa práctica, cosa muy democrática en sus procesos.
A ustedes muchachos peledeístas y perredeístas les sugiero tomar las cosas con calma, sentido común y prudencia. «Guerra avisada no mata soldado y, si lo mata, es por descuidado». A los debutantes, como es el caso de mi estimado amigo Jassiel Macea, tomen esto como una proyección que surtirá efectos tarde o temprano. Vean lo tímido de Cruz Manuel Matos, quizás curado en salud al saber que no hay vida mientras la alianza con el jacho respire.
Me resultaría desagradable verlos patalear y abandonar sus partidos o, simplemente, mandar a votar por contrarios, neutralizarse o iniciar campañas mediáticas en contra de las decisiones partidarias. Ha sucedido en el pasado y no conviene para el curriculum, sobre todo porque la gente no olvida travesuras. Es una situación muy incomoda porque cercena aspiraciones y sueños pero sus partidos se inventaron, dieron carácter estatutario o de legalidad a la práctica antidemocrática de señalar por el dedo o allanar terreno para gente «preseleccionada» y, de hecho, está en la Ley de Partidos. Es muy difícil que en RD veamos una alianza basada en afinidades y líneas programáticas, todo se reduce a degustar un pedazo del pastel.
Cuiden sus bolsillos y eviten el galloloquismo. La idea es resistir, seguir trabajando, proyectarse, crear la plataforma o formar los cuadros, creer y algun día será. Lo otro es que aparezca una «chepa» o coyuntura que les permita colarse en 2020. Por nada del mundo tomen cargos o billetes para ceder cosas porque ahí inicia la desconfianza de los votantes y eso, tarde o temprano, pasa factura. Tampoco le pedimos que pongan sus cabezas en guillotina
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