Por: Nerys Soto Feliz
Llego el año 2017, y trajo su nombre: El Año Nuevo. Ah, y un derroche de »felicidades». Un simple análisis histórico y matemático nos brinda las siguientes informaciones de la lucha de los pueblos buscando la felicidad:
-Ya van 2017 años del nacimiento de Cristo: Es el inicio de la era cristiana.
-1395 años de la hégira del profeta Mahoma de la ciudad de La Meca a la ciudad de Medina en Arabia Saudita, en el año 622: Este es el comienzo o el año número uno del islamismo o la era musulmana.
-525 años de la llegada de los españoles al continente llamado hoy, América.
-506 años del Grito de Montesinos, por la libertad y la dignidad de los indígenas explotados y maltratados.
-500 años del inicio de la Reforma Protestante por Martin Lutero en Alemania.
-241 años de la independencia de los Estados Unidos, que fue en el año 1776.
-228 años de la Revolución Francesa, en el año 1789.
-173 años de la Independencia Nacional.
-154 años de la Guerra de la Restauración
-56 años de la muerte de Trujillo
-52 años de la g}Guerra de Abril.
-39 años del inicio de la mal llamada democracia dominicana, tomando el año 1978, con la derrota electoral del Dr. Joaquín Balaguer, como su génesis.
En cada una de estas fechas, y muchas otras más, los pueblos han intentado buscar soluciones a problemas sociales y espirituales, para que haya años más felices, años de cierta felicidad, pero no ha sido posible.
Es paradójico, que en las navidades millones de toneladas de alimentos van a los zafacones y a los vertederos, mientras otros tantos millones de seres humanos no pueden probar un pedazo de pan. ¿Qué sociedad o suciedad es esta?. ¿En qué putrefacto mundo es que vivimos?.
Cada año se embadurnan millones de hojas de papel, y se congestionan las redes sociales, deseándose unos a otros, »feliz año nuevo»…..Pero nunca, el año que entra o llega, por más que se diga, es feliz ni hace feliz prácticamente a nadie. Es solo una tradición. La situación de las personas, en todo el mundo, en el país, y en la provincia de San José de Ocoa, en muchos aspectos es peor. Los gastos y deudas contraídas para celebrar; al inicio del nuevo año, más que felicidad, lo que traen es infelicidad.
Y es que felicidad, significa o es sinónimo de bienestar, prosperidad, salud, tranquilidad, placidez, seguridad, despreocupación, y mucho mas.
No es cierto entonces, que las personas tengan más felicidad con la llegada de un nuevo año. Es una grosera mentira propagandística política y comercial.
Cientos de millones de personas en todo el mundo pasan hambre, no tienen agua potable, ni un techo adecuado, ni salud, ni educación pública, gratuita y de calidad, ni un trabajo decente, ni nada que los haga feliz….Entonces, es lo que he dicho, digo y pregunto, ¿Se puede ser feliz solo con la llegada de un nuevo año?. No, no es así. Hace falta mucho más. Es con soluciones.
Es todo lo contrario. Lo que la gran mayoría de los pobladores tenemos son los antónimos, o lo contrario a la felicidad. Esta es una sociedad plagada de pobreza, penurias, enfermedades, intranquilidad, inquietud, inseguridad y preocupación. Estos son los mantos con los que se arropan nuestros pueblos todos los días de los años viejos y de los años nuevos. La excepción son los sectores explotadores, o los ligados al crimen, o a la política desmoralizante, corrupta y perversa, cuyos perros viven mejor que millones de seres humanos…También hay algunos buenos ciudadanos, que con su trabajo honrado, y habilidades sanas, viven en opíparas condiciones. Son los menos.
Vivimos en una sociedad injusta, inhumana, inequitativa, insolidaria, discriminatoria y violenta. Hay una gran deuda social acumulada por años, del Estado hacia la ciudadanía. El Estado es el gran deudor. El pueblo es el gran acreedor. Así no puede haber un »feliz año nuevo».
Como decía nuestro Padre Luis Quinn, interpretando una canción de »Los Guaraguaos»: »No, no, no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz». Y yo digo, para conseguir la felicidad, hay que estudiar, trabajar, cumplir todos los deberes cívicos, y luchar para obligar al Estado a cumplir sus responsabilidades con la poblacion.
La República Dominicana, y la provincia de San José de Ocoa en particular, necesitan más, mucho más. Se necesita más seguridad ciudadana, más y mejor educación, mejorar los sistemas de salud, mas apoyo a los agricultores y pequeños y medianos comerciantes, justos salarios públicos y privados, planes de viviendas, transporte seguro, eficiente y económico, mejorar las vías de comunicación, solucionar los problemas de agua potable, las deficiencias energéticas, proteger la naturaleza y el medio ambiente, en fin, mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos, sin ningún tipo de discriminación. Todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos, y como tales debemos vivir, y ser bien y justitratados por el Estado……Solo así tendremos algún día, no uno, sino, muchos »felices años nuevos».
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