Por: Asdrovel Tejeda
Aunque no lo trataba con frecuencia era el tío que vivía – en nueva yol – del que se hablaba en las reuniones familiares.
Entonces el 24 de Octubre del 1975 la familia corta se mudó a New York, al apartamento del tío en la 92 y Amsterdam a dos cuadras del parque central, parque al que con las saudades de la lejanía yo me refugiaba. Corriendo el tiempo el tío se mudó a Brooklyn y justamente ocho meses después, nosotros; el apartamento se había quemado y otra vez el tío nos ayudó a instalarnos en el mismo edificio donde vivía en Eastern Parkway y Kingston Ave.
Solidario, bonachón, muy familiar y serio, lo que no le quitaba una pizca de picardía en el acontecer diario.
Me dió trabajo el tío en su empresa – mi primer trabajo!! Estaba localizada en la 18 Calle entre Quinta y sexta avenida, INA corporation, una factoría de costura con más de cuarenta empleados, habían de: Cuba, Ecuador, Bolivia, Colombia, húngaros, dominicanos, norteamericanos y un Judio sin nacionalidad o, con todas las nacionalidades. Estaba ubicada, Ina en el mismo cuadrante del sector de la costura, zona que genera millones de dólares diarios y que da empleo a miles de trabajadores en la industria. Le cosían, en Ina algunas firmas famosas como: Calvin Klein, Anne Klein, Ralph Lauren, etc. El tío no sólo dirigía, se fajaba como uno más y nunca, nunca le oí hablarle mal a ningún empleado y al que necesitaba su ayuda, la tenía, sin lugar a dudas.
Cuando vendió la empresa y se aprestaba a regresar a Ocoa, le pregunté, cargado de suficiencia y con mis pensamientos puestos en la ciudad que había adoptado – tío, no es un error volver al pueblo- me dijo, con el dolor del inmigrante que no renunció a sus raíces – sobrino, el hombre siempre debe volver a sus querencias-.
Regresó el tío a su tierra y de alguna manera volvimos a perder la cotidianidad del trato. Sabía de él en el mismo sentido del principio, en las conversaciones y encuentros familiares; me enteré que creó una serie de negocios, que fue diputado, presidente de la sala capitular y como no, siempre, servidor público entregado, quien no hizo uso de la política para establecer ganancias económicas y que al contrario, perdió parte de su capital por estar inmerso en la actividad que amó.
Después de un tiempo volvimos a reencontrarnos y cada vez que volvía a el pueblo llegaba a donde él y lo veía feliz, entregado a su esencia, ubicado en el lugar donde quería, en su pueblo, con su gente…… En su querencia.
Murió tío Francisco esta mañana, de lo único que podía morir, del corazón, el mismo que entregó generoso a quien tocaba su puerta en horas de necesidad.
Buen viaje tío Francisco, tranquilo regreso a la luz de la que eres parte, te extrañaremos.
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