El jueves doce (12) de enero del año 1928, nace en New Castle (Inglaterra), el niño Luís José, fruto de la unión matrimonial de los señores David Quinn y María Cassidy (Fallecidos); niño que con el transcurrir inexorable del tiempo se habría de convertir en un mensajero de la Buena Nueva de Dios, y del igual manera, en un coloso del trabajo social y un ferviente abanderado del desarrollo de San José de Ocoa.
El matrimonio Quinn-Cassidy, solamente procreó dos hijos, siendo éstos Luís José (Nuestro Padre Luis Quinn) y Miguel, pero su hermano menor falleció debido a la ingesta de un remedio casero que su abuela le había preparado con aceite de higuereta, con la esperanza de contrarrestar un fuerte dolor de estómago, pero jamás se imaginó que con él estaba arrancándole la vida a su nieto. De manera que el Padre Quinn no le sobreviven ni sus padres, ni su hermano.
En 1932, con apenas 4 años de edad, su padre moría en su tierra de origen, y es su abuela la que se encarga de su cuidado, llevándolo a la ciudad de Toronto (Canadá) donde inicia sus estudios primarios, en la Escuela Duke Of Cork en la que permanece por alrededor de cuatro años. Luego pasa a la Escuela Coral de Monseñor Román, durando dos (2) años en cada una de estas respectivamente.
Una vez concluida la educación básica, se inscribe en el Colegio San Miguel en el que realiza sus estudios intermedios o bachillerato, cerrando de esta manera el ciclo de la educación media, preparándose para estudiar lo que sería su vocación definitiva.
Desde temprana edad siente el deseo de hacerse Sacerdote, y de formación Cristiana, no vacila en inscribirse en la Universidad de los Padres Scarboros; Universidad en la que se dedica a estudiar decididamente, estudios que jamás abandono hasta graduarse, siendo convertido en realidad su sueño de ser un servidor del Señor, condición que cumplió con creces, siendo un sacerdote a tiempo completo, dueño de un corazón gigante y poseedor de una fuerza de voluntad inquebrantable y de una vocación de servicio a toda prueba.
Un año después de ser ordenado sacerdote, esto es, en 1953, inicia un largo peregrinaje en el ejercicio de sus funciones sacerdotales, siendo enviado a Santo Domingo, pasa 6 meses en la Parroquia de Haina; un año en la Parroquia Nuestra Señora de Reglas de Bani e igual periodo en la comunidad de Yamasa, de la Provincia Monte Plata. En estos trajines transcurren tres (3) años, al cabo de los cuales regresaba a Canadá, en donde se dedica a estudiar cooperativismo, estudios que realiza durante un año y cuyos resultados pondría en práctica poco tiempo después.
Concluido dichos estudios de cooperativismo, regresa a Santo Domingo, de donde viene a San José de Ocoa, permaneciendo aquí un año, pasando luego a la comunidad de Guerra, donde permanece varios meses, al igual que en Hato Mayor, regresando a Bani por segunda ocasión, igualmente por segunda ocasión regresa a Ocoa, pasando desde aquí al Municipio de Padre Las Casas (Azua), comunidad a la que arriba el día cinco (5) del mes de Julio del año Mil Novecientos Sesenta (1960).
Su presencia en esta comunidad sureña de Padre Las Casas se prolongaría por alrededor de cuatro años y medio, regresando a San José de Ocoa, pero esta vez de manera definitiva, lo que se produjo el día 26 de agosto de 1965.
Su llegada a San José de Ocoa se puede catalogar como una verdadera bendición del Señor, un regalo del Todopoderoso, y es que tan pronto llega a nuestro pueblo inicia una fructífera labor a través de la Asociación Para el Desarrollo de San José de Ocoa(ADESJO), institución de la que se convierte más que en Director Ejecutivo, en bujía inspiradora y en timonel, luchando por el desarrollo de esta comunidad, a la que entrega todas sus fuerzas, sueños y sus anhelos, cumpliendo coherentemente con su enunciado, que en él fue praxis, de que la vida sea buena, abundante y para siempre.
Pero en lo que respecta a su vida religiosa se puede decir que con su llegada a San José de Ocoa, se produce una especie de relanzamiento y remozamiento de la iglesia, puesto que supo insuflarle aliento, llevándola a todos los rincones de la geografía Ocoeña, sacándola del pequeño espacio en el que se encontraba enclaustrada, ya que solo llegaba a la zona metropolitana de la población, y su presencia en el aérea rural era prácticamente nula.
Pronto empezaría a evidenciarse su liderazgo, asumiendo con entusiasmo, dedicación y entrega al trabajo social, siendo siempre un preocupado por el bienestar de su pueblo, y a pesar de haber nacido en Inglaterra y realizar sus estudios en Canadá, tan pronto llegó al país se sintió ser dominicano y muy especial Ocoeño de corazón, lo que explica que tiempo después el Estado Dominicano le concediera la nacionalidad Privilegiada mediante decreto No. 514-96, de fecha 1ro de Noviembre de 1996.
No creemos exagerar cuando decimos que su obra no resiste parangón, ya que inspirado en el noble ideal de aportar al desarrollo de su pueblo, emprende un largo camino de realizaciones, y hoy son muchos los acueductos rurales que se han construido, los que han hechos posibles que nuestra gente del campo no tenga que cargar el agua de lugares lejanos en los lomos de un animal y sobre los suyos mismos; son muchos los retretes (letrinas) construidos en las diferentes comunidades Ocoeñas, las clínicas rurales, escuelas, (las que a su vez sirven de refugio en tiempos de fenómenos naturales), lo mismo que varios centros comunitarios construido hasta la fecha.
Pero además, el Padre Quinn, hizo posible, conjuntamente con otros hijos meritísimos de nuestra comunidad y desde la Junta, que Ocoa este comunicada con sus diferentes comunidades, tras la construcción de cientos de Kilómetros de caminos vecinales; del mismo modo, se construyó un Comedor Económico con el que se han logrado que muchos de nuestros humildes munícipes puedan conseguir su comida a bajos precios.
También se han instalado mucho más de 300 obras de la cuales están: sistemas de energía solar, viviendas, clínicas, escuelas y centros comunales; en fin, son muchas las obras que este nuncio del Señor ha emprendido y conseguido para su pueblo.
Fue el Padre Luis Quinn el que tuvo la iniciativa de impulsar la educación primaria en el Colegio Nuestra Señora de la Altagracia, inaugurado en el año 1964, vale decir, un año antes de su llegada definitiva a Ocoa, que siempre estuvo convencido de que la educación es la piedra angular del desarrollo de los pueblos. Del mismo modo, se convierte en soporte y motivador del Centro Educativo Padre Arturo, inaugurado el 20 de mayo de 1967, en el que se crean las áreas de Costura, Joyería, Ebanistería, Artes Manuales, Artes Culinario, entre otras, haciéndose presente dicho centro en distintas comunidades de la Provincia.
Otros Aportes de particular importancia realizado por nuestro admirado padre lo constituye el de haberse erigido en el primer propulsor del movimiento cooperativo Ocoeño, del que surgieron la Cooperativa de Ahorros y Crédito Paraíso Recobrado, la Cooperativa de Consumo Ocoa, Poniendo en práctica los conocimientos adquiridos en Canadá, ciudad norteamericana, en donde se dedicó al estudio del Cooperativismo, como hemos señalados precedentemente.
Pero además, ha sido pieza indispensable para que hoy Ocoa disfrute de varias conquistas, logradas gracias a su esfuerzo y a su gestión, siendo el padrino de hermosas y múltiples iniciativas a favor de este pueblo por el que dio alma, vida y corazón, y cuyo amor se manifestó a lo largo de una interminable lista de ejemplos, y es que sencillamente, el Padre Luis José Quinn, hizo de su vida y del trabajo social un apostolado.
Cobra una fuerza inmensa la expresión que reza que “jamás sirvieron a la sociedad los sacerdotes que no supieron ser hombres”, pues su fe no se quedó atrapada en las cuatros paredes del templo, sino que terminada una celebración eucarística, se despojaba de la sotana, se ponía las botas y partía a las más apartadas comunidades Ocoeñas a hacer realidad la Buena Nueva de Dios, pasando de la teoría a la práctica, sirviendo de ejemplo a las presentes y futuras generaciones.
Se embarcó en la construcción del canal de riego del Rincón del pino, comunidad situada en la parte norte de nuestro municipio de San José de Ocoa; el que comprendió una extensión de siete (7) Kilómetros construido para beneficiar a 50 familias y que fuera destruido por los embaste del Ciclón David (31/08/1979), momento en que irrigaba 600 tareas de tierra en esa laboriosa comunidad, lo que representó un duro golpe para aquellas humildes familias, no sólo en la parte material, sino también en lo sentimental, ya que aquellas obras que destruía dicho fenómeno natural era la esperanza de aquellos comunitarios, y era del mismo modo su obras, a la que se integraron, bajo la orientación de ayuda mutua y esfuerzo propio, que ha sido siempre la filosofía de la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa.
Entre otros logros en este sentido, podemos citar el proyecto MARENA (Manejo de Recursos Naturales), proyecto auspiciado por el gobierno dominicano y la Agencia del Desarrollo (AID) y que abarco las cuencas de los ríos Ocoa y Las Cuevas. Logro que el Banco Central de la Republica Dominicana le Financiara el Proyecto de Reforestación de la micro cuenca Arroyo Parra, el cual se extendió por 32 kilómetros cuadrados (K2), beneficiando a 552 familias, además de la instalación de 86 sistemas de riego, 35 colectivos y 51 individuales, “lo que ha permitido la irrigación de 13,040 tareas de tierra, beneficiando a 997 familias”, entre otras iniciativas llevadas a realización bajo la égida de este paladín del Desarrollo de San José de Ocoa.
Individualmente y sin pretender caer en la exageración, podemos afirmar que el padre Quinn dueño de una trascendental obra social que hacen de él el más vivo ejemplo de lo que es la autogestión, y bajo sus sabias orientaciones Ocoa vio cuajar una inmensa cantidad de obras, conseguidas estrictamente por el padre Quinn.
Pero muy por encima de toda esa obra material, sin duda ejemplar y sumamente importante, el padre Quinn nos enseñó que solo a través de la educación y del trabajo, nuestro pueblo puede seguir adelante e hizo posible el que creamos en nuestro porvenir, pues su obra espiritual es mucho más gigantesca que su obra material, por lo que cometeríamos el peor de los errores si lo circunscribiéramos de manera exclusiva a su obra material, puesto que su obra espiritual como digno hijo de Dios, del mismo modo resulta trascendental.
Un bello gesto de desprendimiento y abnegación realizado por el padre Quinn, entre tantos otros, fue cuando puso en peligro su vida , al ordenarle al conductor de una pala mecánica que la abandonara de inmediato, ya que su vida corría peligro, y al negarse el responsable conductor a cumplir con su mandato, le grito mucho más fuerte, advirtiéndole que era una orden, y una vez bajado este de aquel aparato de trabajo que pendía de una cañada, tomo el guía en sus manos, logrando llevarlo a tierra firme. Cuando el conductor le pregunto qué porque arriesgo su vida de esa manera y no lo dejo a él, el padre le contesto que lo hizo porque él (el conductor) tenía una familia y si moría la dejaría huérfana, y en cambio el (el padre) no dejaría a nadie en la orfandad.
Del mismo modo, en una indescriptible y contundente manifestación de humildad y abnegación, se recuerda que en una oportunidad le pusieron como condición para permanecer en San José de Ocoa ser degradado a Diacono, y sencillamente acepto tal degradación jerárquica, no moral, con el interés de permanecer en su pueblo, pues fueron varios los intentos a través de los años que se llevaron a cabo para trasladarlo a otro lugar, pero siempre se negó, lo mismo que Ocoa, que se paró en dos pies, impidiendo que se consumaran los planes de traslado.
Su obra ha sido reconocida por deferentes instituciones y gobiernos, destacándose entre sus más sobresalientes reconocimientos, los siguientes: el otorgamiento de la nacionalidad privilegiada, por parte del gobierno Dominicano el 01 de noviembre de 1996, la condecoración por el gobierno de Canadá con la orden de Canadá, el 1 de Marzo del 1995, la Universidad O&M lo invistió con el Doctorado Honoris Causa, la Universidad APEC le otorgó el premio Heriberto Peter y la Fundación Brugal reconoció la labor de la Asociación para el desarrollo de San José de Ocoa, a través de su persona otorgándole el premio “Brugal cree en su Gente”.
Del mismo modo, la Cámara de Diputados de la República Dominicana le hizo entrega de un pergamino de reconocimiento en un acto público, lo mismo que el Senado de la Republica que lo declaro protector de la provincia de San José de Ocoa; ambos actos celebrados en nuestro municipio de San José de Ocoa.
Asimismo, su madre iglesia le reconoció a través del sumo pontífice, el papa Juan Pablo II (QEPD), con la Santa Cruz del Vaticano, en una vistosa ceremonia celebrada en nuestra parroquia, contando dicha celebración con la presencia del nuncio apostólico de su santidad, monseñor Timoti Brogglio, y en el cual se dio cita una cantidad inmensa de feligreses. Pero también la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) se hizo presente en lista de reconocimientos, declarándolo Profesor Honorario de la Facultad de Humanidades, en un hermoso acto celebrado en nuestro palacio municipal y que contó con la presencia del pleno del Consejo Universitario, encabezado por su rector magnífico, a la sazón el licenciado Roberto Reyna, en lo que fue uno de los actos más solemnes celebrados en San José de Ocoa en toda su historia, y el profesor universitario, Rafael niño Feliz, escribió un libro (poemario) en su honor, donde plasma su admiración a este siervo de Dios, en 78 poemas, alusivos a los setenta y ocho (78) años de vida del padre Quinn, que era su edad al momento de la publicación del libro en el año 2006.
El entusiasmo y la dedicación con se entrega a las labores, pronto le ganarían un seudónimo de Guayacán (en franca alusión a esa madera que se caracteriza por ser sumamente fuerte), pues nunca vacilo cuando se trató de ayudar a su pueblo.
De carácter fuerte, de elevada reciedumbre, de convicciones profundas y bien definidas, es de igual modo digno paradigma para la sociedad dominicana y muy especialmente para la sociedad Ocoeña, que el mejor reconocimiento que le puede tributar es caminar sobre sus huellas, asumiendo con verdadero fervor la lucha en defensa de su pueblo, su patria chica, San José de Ocoa, como lo hizo a través de los anos, nuestro adorado Padre Quinn.
Ejemplo de dignidad, abnegación, sacrificio y entrega, símbolo vivo de la solidaridad, trabajador incansable, gladiador invencible, soñador, y sin la más mínima de las dudas, un verdadero representante de Creador en la tierra.
El 11 de octubre de 2007, tras una larga operación de corazón abierto en la ciudad de Miami, falleció a los 79 años de edad, dejando enlutado y con el alma hecha pedazos a todo nuestro pueblo, el que llora amargamente y sin consuelo su partida, y el que en una demostración contundente de cariño, desfilo en masa junto a su cuerpo exánime hasta darle cristiana sepultura el viernes 19 del mismo mes y año antes citados, produciéndose el más concurrido funeral jamás presenciado por el pueblo de Ocoa en toda su historia.
Su partida nos deja sumergidos en un océano de lágrimas y se tornan lúgubres los días para los hijos (as) de esta comunidad al ver partir a este símbolo de la redención y del progreso. El, que supo superar cada una de las difíciles pruebas que la vida le deparo, se ha marchado de este mundo terrenal, y aunque ya no lo tenemos entre nosotros, sus recuerdos nos invaden y permanecerán imborrables en nuestros corazones.
Nunca antes ningún acontecimiento había lacerado más y causado mayor tribulación al alma colectiva de nuestro pueblo, y es que su amor por Ocoa no encontró fronteras jamás, y de hecho, sus últimas palabras fueron: “tengo que vivir porque amo a mi pueblo». Sus restos yacen en el templo de su iglesia católica.
Tomado del Libro «Cómplices de una Historia» del Magistrado José Manuel Arias M.
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