Por: Ircania Báez
Aunque en pleno siglo XXI, con grandes adelantos científicos tecnológicos y en el campo de las relaciones humanas; con amplios conocimientos del funcionamiento del cuerpo y las intríngulis del cerebro, aun así, persisten numerosos tabúes acerca del sexo, la sexualidad y muchos se ruborizan cuando hablan o escuchan sobre “Hacer el amor”.
Esa frase se define como el acto donde dos seres humanos unen sus cuerpos y de manera metafórica también sus mentes y almas, en una cópula perfecta. Independientemente de las implicaciones morales, sociales o religiosas, hacer el amor es lo más natural, pues existe desde los inicios de la creación, desde el génesis.
Dios lo instituyó aunque Adán y Eva lo tergiversaran. Los mandó a ser solo uno, multiplicarse y poblar la tierra. A través del tiempo, en las diferentes etapas de la historia de la humanidad, el acto sexual ha sido considerado como algo placentero, pero prohibido, incluso en la Edad Media se consideraba pecado.
Lo cierto es que hoy, visto desde los resultados de años de estudios científicos, hacer el amor sirve para muchas cosas y sus beneficios son numerosos para la salud. Tener relaciones sexuales alivia un dolor de cabeza pues libera la tensión de las venas del cerebro. Puede despejar una congestión nasal pues es un antihistamínico natural, combate el asma y las alergias gripales.
Es el mejor tratamiento de belleza. Se ha comprobado que cuando la mujer tiene relaciones produce gran cantidad de estrógeno y esta hormona pone el pelo suave, brillante así como las uñas. El sudor producido, reduce las espinillas, el acné, limpia los poros y la piel.
Es un deporte excelente pues tonifica y fortalece todos los músculos del cuerpo, quema calorías y es mejor que nadar, correr o andar en bicicleta. Como beneficio colateral los besos, el intercambio de saliva ayuda a limpiar los dientes y disminuye la cantidad de ácido que debilita el esmalte natural, evitando caries.
El sexo es el mejor tratamiento para la depresión, pues en el acto se liberan endorfinas en la sangre, creando un estado de euforia (felicidad), un derroche de energía y un sentimiento de bienestar absoluto, tanto en el hombre como en la mujer.
Hacer el amor es el mejor tranquilizante y relajante muscular. Mil veces mejor que el Sedoxil o el Valium y no necesita receta ni indicación médica. Por último, mientras más relaciones sexuales se tienen, más posibilidades hay de tener más; un cuerpo activo, produce mayor cantidad de feromonas, que es un aroma que causa excitación y atracción al sexo.
¡Así que, no lo pospongas más! Vívelo, disfrútalo sin vergüenzas, sin rodeos, sin ambages. Claro que, con seguridad y protección.
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