Por: Asdrovel Tejeda
Ayer noche tuve la oportunidad de ver la entrevista a Darys Estrella y aunque aprecio el valor que desprenden sus acciones, su actitud frente a la vida y su calidad profesional, me llenó de admiración y respeto ante la grandeza insoslayable de su progenitor, que ser humano!, que hombre de estatura inmensa, cuanto pundonor y responsabilidad de vida.
Saber que el Maestro ( en mayúscula) Alberto Estrella, no solo de conducta intachable, con dotes intelectuales y conocedor profundo del ser humano, en una de esas vueltas impredecibles que da la vida se vio en la necesidad de colectar botellas vacías para llevar pan a su mesa me hace admirarlo doblemente. Luchador incansable, hombre de ideas progresistas, sin dobleces.
Recuero la vez que buscado por los militares y la banda colora’ hubo de salir en el baúl de un carro para evitar la muerte, en Ocoa. Compañero a destajo del padre Luis, fue hombre de su confianza. Conocer los espacios que tuvo que transitar, con su dignidad intacta, me hace creer con más fe en la condición humana. Para usted maestro, mis respetos, mis afectos y mi admiración. ¡Qué ejemplo de vida! Como enseña que el valor de un hombre no lo condicionan las carencias, más bien, estas llevan a demostrar que el verdadero mérito reside en izar el decoro como una bandera de luz.
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