Por: Frank Casado
SAN JOSE DE OCOA.- No volveremos a ver en el escenario educativo, ni recibiremos esa respuesta a nuestras inquietudes, por parte de la educadora de siempre, Rosa Martínez. Ni tampoco podremos sentir su inolvidable sonrisa. Era ella, Rosa, una Ocoeña enérgica, de 77 años, residía en el sector El Rastrillo, que una grave enfermedad se la ha llevado de entre nosotros. Su fallecimiento ha causado una profunda consternación en toda la provincia.
La carrera de Rosa se inició primero en las labores docentes con el Padre José Antonio Curso, fundador éste de la Asociación para el Desarrollo de San José de Ocoa. Era el año 1960, Rosita contaba con 16 año de edad. Allí impartía docencia en cursos de vera o organizados por dicho sacerdote dirigidos a estudiantes de primero y segundo de primaria. De ahí pasó, de manera oficial como maestra en el Liceo José Núñez de Cáceres, impartiendo las asignaturas Geometría y Religión.
Para el año 1980 fue promovida a directora del Liceo, labor que desempeña durante 15 años y fue docente hasta ser jubilada en el año 1996.
Siempre discreta, nunca alardeó de sus importantes premios conseguidos, reconocida por el Ministerio de Educación, por la Asociación Dominicana de Profesores, por la Asociación de Estudiantes Ocoeños, por e Senado de la República Dominicana, quien le rindió homenaje por su ardua y significativa labor y por sus grandes aportes a la educación dominicana.
Aquejada de salud, desde hace varios meses, hoy se marcha Doña Rosita.
Las aulas se han cerrado para Rosa a pesar de que sus pies estarán pisando cada aula siempre. Será velada en la funeraria Sánchez, este domingo desde las 8:00 a. m.
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