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SANTO DOMINGO.– La Oficina Nacional de Defensoría Pública (ONDP), a través de su directora Laura Hernández, otorgó el premio de Defensor Público del Año a nivel nacional al abogado Daniel Alfredo Arias Abad, ceremonia en la que también participó el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán.
Tras una ardua selección entre 26 candidatos de diferentes puntos del país, la ONDP otorgó su máximo galardón a una nueva promesa del derecho que fue evaluada en función a su desempeño realizado en la jurisdicción de la provincia de Pedernales.
A pesar de pertenecer al grupo de los abogados noveles de la Defensoría, Arias Abad se estrenó como litigante con una carpeta de más de 130 casos en el año, reto que ha asumido con madurez y eficiencia, no solo en audiencias finales sino en cada una de las etapas procesales.
La pasión debe colocarse por encima de cualquier sacrificio, asegura el ocoeño. «Aún recuerdo las bromas de mis compañeros cuando me enviaron a realizar la pasantía a Pedernales, quienes insinuaban que allí litigaría casos sobre chivos y vacas», pero lejos de esa premisa el laureado abogado, quien ahora labora como Defensor Público de la provincia de San Cristóbal, recuerda que en ese poblado litigó casos que iban desde trata de personas hasta asesinatos.
Asegura que en su corta carrera se ha basado en preceptos profesionales sin renunciar a su sensibilidad humana. Su trabajo como Defensor Público lo ha marcado. «Es bueno ponerse siempre en los zapatos del usuario, especialmente en los acusados negligentemente o de aquellos que durante el proceso de investigación se les vulneran sus derechos fundamentales», especifica.
Sobre el Premio de Defensor Público
Esta no es la primera vez que Arias Abad obtiene un reconocimiento a nivel nacional, ya que el jurista egresado Cum Laude de la Universidad Autónoma de Santo Domingo en el 2013, logró posicionarse en el año 2006 como el «Campeón de Campeones del 1er Concurso Nacional de Ortografía por Televisión» en representación de su provincia San José de Ocoa cuando aún era estudiante de bachillerato.
Aún a sabiendas de su notorio desempeño, Arias Abad se siente sorprendido con el galardón obtenido, ya que creía imposible que en sus primeros doce meses de trabajo pudiese alzarse como el Defensor Público del año.
Consciente de que la distinción es una gran responsabilidad para él porque carga sobre sus hombros el nombre de Institución, el abogado asegura que su mayor premio no solo ha sido pertenecer a la oficina que cuenta con los mejores litigantes en cada rincón del país, sino aprender a servir.
Puntualiza que «la satisfacción de servirle a los nadies, a los que nos dicen: ¡abogado, yo solo cuento con usted!, nos motiva a llevarnos casos a la casa, a trasladarnos a cualquier punto del país donde se encuentre el defendido, a ofrecer lo mejor de nosotros mismos. Siempre les pido a los usuarios que cuenten con nosotros, porque mientras exista la Defensa Pública, éstos serán tratados como seres humanos y no como números en las estadísticas del sistema».
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