Esta podría ser tu última lectura, y existe la posibilidad de ser mi último escrito. El último instante podría estar tan lejos como cerca lo tenemos, y lo cursi toma una importancia tan simple como sacar los te amo con sus correspondientes demostraciones que por años nos guardamos por orgullo o sencillamente porque nos dijeron tímidos y nos lo creímos.
La última semana podría ser esta o la que pasó. Pero, podría ser el inicio de muchas semanas en la que debemos decidir el tipo de persona que Dios exige que seamos cuando nos plantea en su palabra «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Hace unos años, me asusté mucho en una experiencia médica. Miré al techo y solo le dije a Dios que me dejara ver un poco más a la gente que amo. Me asusté y lloré. Gracias a Dios todo salió bien.
Ahora, solo veo la búsqueda de refugio en la gente, pero también se evidencia la capacidad de valor que le damos por lo menos yo a lo que realmente importa.
Los médicos, las enfermeras, los auxiliares de enfermería, las laboratoristas si les respetaba … Ahora más.
Estamos tan cerca de la pelona, que buscar posponer lo que nos tocará nos hace estar más cerca de nosotros mismos que de lo común.
El pensamiento se va alimentando de planes, sin saber si saldremos vivos.
La tv, el celular se han vuelto tan cercanos que posiblemente sea lo último que sintamos. La Real es que el dinero incluso pasó a un segundo plano. Nuestros mayores son el blanco fijo de la muerte y se nos olvida de los paños que lavo la abuela y de todo lo que hemos dejado de hacer teniendo que hacer por la gente que nos amó desde niños.
Si eres tan duro como una roca, este escrito no es para que aflojes total, toda esa dureza no es más que la mierda con la que quieres cubrir lo blando que eres.
Si eres de los llamados flujos o cursi, un poco de dureza no te caería mal ante la posibilidad de ver partir o que te vean partir, pero sin dejar de ser sensible, expresivo y demostrativo de todo el amor que sientes por qué haces o te gustaría hacer por la gente.
Estamos en la tómbola y, les aseguro que estoy un poquito asustado. Un susto que nada tiene que ver con cobardía, Mirelis no me enseñó hacer cobarde, pero si un poquito temeroso. Por eso ante el paseo de la muerte coronada en estos días haré todo lo posible por estar de pie, haciendo mi parte en Oración y amor de los míos y los que directamente no sean míos.
Consérvese en su casa, es la mejor forma de cuidar a quienes pasado este pantano de muerte, quieres encontrar.
Gracias Dios por todo.
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