La inacción traicionera
Por Nóbel Mejía
Sin lugar a dudas, ofrecidos ciertos sondeos que no son de patio, es muy probable que la correlación de fuerzas haya cambiado luego de los episodios vistos tras la abortada convocatoria electoral del pasado domingo 16 de febrero. Esa realidad no necesariamente indica que alguien estaba para ganar o perder mayoría y, ahora, el escenario será contrario.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), culpable o no de intento de fraude, está en el ejercicio del poder y nadie puede competir contra los recursos del gobierno, al menos sacando de sus bolsillos y de forma lícita. La organización fundada por el profesor Juan Bosch es una maquinaria demostrada, con un alto nivel de organización electoral y en todos los órdenes.
Suponiendo el intento de fraude, el descubrimiento y desmontaje de ese plan nefasto puso al oficialismo en desventaja porque será muy difícil volver a ejecutar tal triquiñuela. Hacerlo sería jugar con candela y apostar a otra Venezuela en la región.
Visto los hechos y las circunstancias, el PLD hará lo que sabe hacer con destreza. El dinero, la plataforma tecnológica, la capacidad logística y de movilización es un arma poderosa. El morado conoce al dedillo la estructura electoral sector por sector, sabe a ciencia casi cierta donde están sus votos y los contrarios. Es lógico esperar que buscará a los suyos hasta debajo de las piedras y los movilizará hasta los confines fronterizos terrestres y marinos, así como en el extranjero. Ofrecerá villas y castillas y avanzará una que otra picada, tanto a sus iguales como a contrarios «enamorables».
La oposición, bajo la visible cabeza del Partido Revolucionario Moderno (PRM), tiene la ventaja del descontento popular «mediático» desatado por la ola de protestas de los muchachos, los vestidos de negro y CxA. Es evidente que los ánimos son otros y, por ende, muchos pueden salir a dar un voto de castigo al gobierno. El sujeto conservador y/o aquel que suele abstenerse puede verse tentado a seguir las flechas. La teoría del sabotaje opositor es creído por menos personas, al menos es lo que respira el mediatismo.
Por buena o mala suerte para el PLD, el expresidente Leonel Fernandez está del otro lado de la cancha y, por ende, es uno de los indios flechadores.
Ahora bien, el PRM puede cometer el gravísimo error de dormirse en los laureles y esperar que la gente acuda en masa, sin ton ni son. Esos nuevos chelitos que la Junta Central Electoral (JCE) entregará o entregó a los partidos debe moverse de forma total, inteligente y correcta. El PLD cuenta con eso y el poderoso barril gubernamental, quiérase o no dinero del pueblo.
Para ganar una elección limpiamente, voto a voto, hay que salir a buscar los votantes. Imaginemos el caso de aquellos que se movilizaron desde pueblos lejanos y otros fuera del país. Parte importante de ese segmento puede quedarse en casa por falta de recursos para emprender el viaje. El PRM debe estar en capacidad para trasladar a los suyos, miembros o simpatizantes que estén en tal situación. Existe un tipo de votante que, dada la suspensión, considera cualquier otro llamado como una pérdida de tiempo o algo que no vale la pena. Hay que tener estrategias para reconquistar ese voto.
La historia está plagada de casos donde los ganadores de percepción y/o estudios han perdido en las urnas. El secreto es evitar el triunfalismo y trabajar bajo la consideración de estar en el último lugar.
El domingo 15 será la respuesta real de las protestas o la reafirmación de la maquinaria peledeísta. El ganador desmoralizará al perdededor para la contienda de mayo, sobre todo si la victoria es en amplia ventaja. Las últimas mediciones se han concentrado mas en lo presidencialista y poco o nada reflejan los ánimos en los niveles municipal y congresual. Recientemente en Polimetrics se refleja una ventaja del PLD, tal cual Sigma Dos y CID Latinoamericana en sondeo antes del 16 de febrero. El Centro Económico del Cibao favorece a los candidatos del PRM y el territorio encuestado fue mas amplio. Mark Penn/Stagwell refiere ventaja del PRM en lo municipal y un empate en lo senatorial. Realmente todas se ejecutaron en pocos municipios, aunque tomaron los mas representativos.
Dada la polarización y el sentimiento generalizado, no creo que uno de los partidos pueda ganar una fase y perder la otra.
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