Por:Domingo Batista
Cuarenta y siete años después, aún tengo fresca en mi memoria la inolvidable noche del domingo dos de febrero del 1973. En esa ocasión, aproximadamente a las diez, mi jefe político en el glorioso Movimiento Popular Dominicano (MPD), Héctor –Cara de Gato- Fabal de la Rosa, me ubicó de manera urgente en la casa de mi tercera madre espiritual, doña Gabriela Díaz.
Al ver la urgencia de Héctor, lo primero que me llegó a la mente fue que había en proceso un Golpe de Estado en contra del doctor Joaquín Balaguer.
Pero, rápidamente, El Gato me llevó a un rincón de la casa situada en Gualey y me informó que debíamos “picar” un stencil y mimeografiarlo esa noche a fin de anunciar que el héroe de la Guerra de Abril, el legendario coronel Francisco Alberto Caamaño, estaba en las lomas de Ocoa junto a decenas de combatientes.
Como doña Gabriela era una dama comprometida con la causa emepedeísta, le dí la gran noticia y tiró un enorme grito, pero sin decir lo que pasaba.
Mi orientador del MPD y yo, nos fuimos a realizar la tarea del mimeógrafo y amanecimos en esos menesteres.
Ya a las cuatro de la mañana, habíamos entregado el material a los responsables de divulgarlo.
Para las cinco y media de la madrugada, aparecieron en las principales esquinas de los barrios de la parte alta de
Santo Domingo tanquetas, jeeps con ametralladoras de altos calibres y tropas militares y policiales.
Su objetivo era intimidar a la población para que no se lanzara a las calles en apoyo al admirado héroe de la Guerra Patria de Abril.
Al avanzar las horas, El Gato hizo contactos con los compañeros de la Línea Roja del 14 de Junio, Partido Revolucionario Dominicano, los Comandos Revolucionarios Camilo Torres (Corecatos) y otras organizaciones de izquierda.
Durante el primer encuentro, se acordó haceral otro día, 4 de febrero micro-mítines y diferentes operaciones militares para desarrollar protestas violentas.
Gualey, Los Guándules, 27 de Febrero, Villa Juana, Villas Agrícolas, Capotillo y Guachupita, fueron los principales focos programados.
De esa planificación, sólo se hicieron dos manifestaciones en Los Guándules y Villas Agrícolas.
Escribo estos antecedentes debido a que el próximo domingo 16 y el 17 de mayo, tendremos elecciones municipales y presidenciales.
Casualmente, las votaciones del domingo próximo coinciden con la fecha en que –por mandato de Balaguer- oficiales militares fusilaron a Caamaño en las lomas de Ocoa, pertenecientes a la Cordillera Central.
Ese es un buen día para que República Dominicana rinda el mejor homenaje a quien fue asesinado levantando la bandera de la libertad negada por el régimen balaguerista.
Propicia es la ocasión para que todos nos levantemos bien temprano y propinemos un contundente golpe que frustre el deseo del presidente Danilo Medina de perpetuarse en el poder.
Estimo que esa es la mejor manera de recordar la caída del hombre que empuñó el fúsil para combatir la oprobiosa dictadura instalada en los doce años fatídicos del balaguerismo.
Quienes admiramos al Coronel de Abriltenemos –dentro de 48 horas- la magnífica oportunidad de iniciar la salida del gobierno del Partido de la Liberación Dominicana.
Iniciar el descalabro ahora en febrero y terminarlo el 16 de mayo.
Que el triunfo del domingo venidero se convierta en la más vehemente muestra de nuestro agradecimiento eterno al
Gran Comandante Román al conmemorarse el día de su muerte.
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