PUERTO RICO-Un sismo de magnitud 5,8 remeció Puerto Rico la madrugada del lunes, provocando pequeños deslaves, cortes en el suministro eléctrico y graves grietas en algunas viviendas. Fue uno de los más potentes registrados en la isla, que ha registrado diversos temblores la última semana.
Hasta el momento no se han reportado muertes.
El sismo fue seguido por otros temblores de menor magnitud, incluido uno de 5 que se registró más tarde el lunes, a las 10:51 de la mañana (1451 GMT), sacudiendo el cableado eléctrico y desatando miedo entre los residentes del sur de Puerto Rico que habían estado esperando afuera de sus viviendas por temor de que los edificios estuvieran dañados y fueran inestables.
El primer terremoto se registró a las 06:32 horas justo al sur de la isla, a una profundidad de 10 kilómetros (unas 6 millas), según el Servicio Geológico de Estados Unidos. No había amenaza de tsunami, dijeron las autoridades.
En la localidad sureña de Guánica, el alcalde Santos Seda comentó a la AP que cinco casas habían colapsado, pero que sólo una de ellas estaba habitada. No se han reportado heridos.
Otras 29 viviendas resultaron gravemente dañadas, añadió.
Los helicópteros sobrevolaban la zona y los residentes atemorizados saltaban de sus sillas plegables cada vez que la tierra se movía, gritando a los demás que se mantuvieran alejados del tendido eléctrico.
Pocas personas se atrevieron a regresar a sus hogares, pero José Quiñones, de 54 años, no tuvo elección. Su madre de 80 años tiene problemas cardiacos y estaba acostada en una cama.
Decenas de personas en un vecindario llamado Esperanza, en Guánica, caminaban con sus teléfonos en la mano y gritaban la magnitud del movimiento telúrico más reciente mientras trataban de calmar a los niños, que se vieron obligados a abrir sus regalos del Día de los Reyes Magos, una festividad religiosa, en las calles y aceras.
“Esto ha sido un infierno”, comentó Albert Rodríguez de 43 años, cuyo hogar se derrumbó de un lado mientras un olor a gas llenaba el aire. “No hemos dormido… No se puede mantener la calma aquí. Guánica ya no es un pueblo seguro”.
A menos de una cuadra de distancia, Silvestre Alicea revisaba su casa, cuyos cimientos colapsaron sobre su auto Toyota Corolla de 1977 color azul brillante, una posesión preciada para él.
Saltó de su balcón mientras la estructura se derrumbaba.
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Alicea había vivido en Nueva York durante varios años hasta que se jubiló y se fue a Guánica hace dos años para vivir en la casa que pasó 15 años construyendo. No cuenta con un seguro.
En su vecindario de clase trabajadora, la gente compartía refrescos y refrigerios mientras trataban de esconderse del sol abrasador y se alejaban de las casas cuyas columnas y cimientos tenían graves grietas.
Muchos ya tenían maletas en sus automóviles con una muda de ropa, alimentos, agua y medicamentos.
Otros como Noelia de Jesús, de 69 años, y su esposo, que utiliza una silla de ruedas, no sabían dónde iban a pasar la noche. Los funcionarios del gobierno que revisaron su vivienda por la mañana concluyeron que no era seguro que ingresaran a ella y les aconsejaron que se quedaran en otra parte.
“Se rompió todo, hasta el televisor”, señaló la mujer. “Esto fue una cosa horrible”.
Puerto Rico no tiene un sistema de alarmas contra sismos, salvo por unas sirenas que se supone deben activarse en caso de un tsunami. Los residentes de este vecindario criticaron al gobierno por lo que consideran es una falta de medidas.
La médica Sindia Alvarado, que vive en la localidad costera de Peñuelas en el sur de la isla, dijo que estaba petrificada.
“Toda mi familia se levantó gritando”, comentó. “Yo dije: ‘Esta casa se va a partir por la mitad’”.
La serie de terremotos en la región sur de la isla comenzó la noche del 28 de diciembre, con temblores cuyas magnitudes oscilaron entre 4,7 y 5,1. Sismos previos de menor magnitud registrados en días recientes han causado cuarteaduras en viviendas y han tirado productos de los anaqueles de los supermercados.
Víctor Huérfano, director de la Red Sísmica de Puerto Rico, dijo a la AP que los sismos superficiales están ocurriendo a lo largo de tres fallas ubicadas en la región suroeste de la isla: Valle de Lajas, Punta Montalva y el Cañón de Guayanilla. Explicó que los temblores suelen producirse cuando la placa norteamericana y la placa del Caribe aprietan Puerto Rico. Añadió que se desconoce cuándo dejarán de ocurrir o si se registrarán sismos de mayor magnitud.
Uno de los sismos más fuertes y devastadores en Puerto Rico se registró en octubre de 1918, cuando un terremoto de magnitud 7,3 registrado cerca de la costa noroeste de la isla originó un tsunami y provocó la muerte de 116 personas.
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