Por Luis F.Subero.
La crónica periodística es el relato pormenorizado, secuencial y oportuno de acontecimientos de interés colectivo. Este género periodístico se ocupa fundamentalmente de narrar cómo sucedió un determinado hecho y de recrear la atmósfera en que se produjo.
En una publicación del año 1953, el profesor José F. Subero realiza una magistral crónica de un paseo por la carretera que une Ocoa y Constanza, en aquel momento en plena construcción.
La crónica de Subero, además de amena, con tintes poéticos, no tiene desperdicios; mantiene el interés en el lector hasta el final. Continua el Prof. Subero aportando las más bellas descripciones de los paisajes ocoeños. Con este relato, además, demuestra la versatilidad y solidez intelectual del autor, quien incursionó en distintos géneros literarios con acierto y maestría. No puede uno dejar de sentir pesar ante el deterioro por la falta de mantenimiento de esa vía, la cual es una de las más bellas carreteras panorámicas del país.
Carretera Ocoa-Constanza.
Plácida mañana la del domingo 6 de septiembre del año de gracia de 1953. El Padre Juan Mateo, S.F.M., jovial y risueño como siempre, llama con la bocina de su Jeep a la puerta de mi hogar. Vamos de excursión por la carretera en construcción Ocoa-Constanza. El día y la campiña dan alas al pensamiento y alientos a la inspiración para volar alto, muy alto, mientras el bello panorama se desliza como cinta cinematográfica al correr de nuestro diminuto vehículo.
Con inusitado entusiasmo vamos por la carretera arriba en pos de las perspectivas atrayentes de los lugares donde la mano del hombre y las poderosas máquinas han hecho obra de prodigio entre el intrincado laberinto de las encumbradas montañas. Desde que vadeamos el río Ocoa y subimos a la pintoresca villa de Sabana Larga, donde las flores humanas crecen bellas y lozanas, orlandas con el donaire de sus gracias y saleros, como las más exuberantes rosas de Francia, y llegamos al campamento que en El Limonar tiene establecida la Compañía Constructora Elmhurst, C. por A., donde el Padre Juan, en puro inglés, cambió breves impresiones con el señor Simons y su elegante esposa. Después, nos lanzamos cuesta arriba en pos de nuevas y frescas impresiones a todo el correr de los quinces kilómetros ya abiertos para el tráfico provisional.
Desde que columbramos las alturas de Los Guayabos, fuimos admirando la naturaleza en todo su esplendor, pero lo más bello y atrayente, con toda su magnificencia, se presentó a nuestros a nuestros admirados ojos: la sucesión de lomas, gigantes e irregulares, que unidas en un fraternal abrazo rodeaban la verdura del valle, que desde Sabana Larga, La Angostura, La Fortuna y Sabana Grande terminaba al fondo con la población de San José de Ocoa, cuyas blancas y limpias casas, parecían una bandada de acurrucadas palomas arrullándose tiernos amores cabe la frondosidad del paisaje lejano.
Nos encantó en realidad ver el progreso que ha tenido últimamente el ritmo de construcción de esta carretera, que será la más bella en perspectivas para el turista que nos visite; nos complació ver cómo se ha trabajado de un tiempo a esta parte, porque en realidad antes estuvimos algo desconcertados, tristes, por la lentitud de los trabajos. Con un poco más de maquinarias y de unos cuantos más hombres braceros, podemos contar que dentro de algo así como año y medio, estará lista esta importantísima vía de comunicación, la cual, gracias al espíritu constructivo y progresista del Generalísimo Trujillo, será, a no dudarlo, una obra de provecho para el país y de gran utilidad cercana para los comarcanos.
Por estas indelebles y fructíferas obras de bien común, es que no podemos, los dominicanos dignos y conscientes, olvidar y dejar de admirar, respetar y querer a la epónima figura del Gran Estadista Dominicano, el Benefactor de la Patria, quien por sus nobles y bien intencionadas ejecutorias, ha llevado a cada hogar dominicano el bienestar necesario y, ha puesto en alto relieve, como joya inapreciable, su gran panamericanismo sin tapujos entre los pueblos y hombres del Nuevo Continente.
San José de Ocoa.
Páginas Banilejas, Pág. 6, Septiembre 1953
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