SAN JOSE DE OCOA-La cuenca del río Ocoa está sometida a un proceso intenso de deforestación y erosión acelerada de sus fértiles suelos, con una pérdida estimada en 507 toneladas por año, por lo que debe ser intervenida urgentemente, consideró el expresidente de la Academia de Ciencias, Milcialdes Mejía.
Indicó que el deterioro progresivo de las principales cuencas hidrográficas de la provincia San José de Ocoa, producto de la deforestación, el empobrecimiento y la disminución de la capacidad productiva de los suelos, hace ya insostenible la supervivencia de familias y comunidades completas, haciendo patente el fenómeno de la emigración causada por la degradación ecológica de áreas completas.
Mejía recordó los efectos de las intensas lluvias caídas en la región Sur por la tormenta Sandy y las grandes crecidas de los ríos que hicieron colapsar, nuevamente, y en menos de tres meses, los aproches de dos importantes puentes, como el de Los Pilones, ubicado en la carretera Sánchez que comunica toda la región y el que enlaza a San José de Ocoa con Sabana Larga, ambos construidos sobre el río Ocoa.
Dijo que cada evento de estos provoca daños y pérdidas millonarias.
Expresó que las opiniones de especialistas que recomiendan que los puentes sean más largos, que los aproches se fortifiquen, que se construyan con mayor altura, que se coloquen en lugares más convenientes, que las bases sean más sólidas, no han enfocado el problema de deforestación de la cuenca, que es la verdadera causa del colapso de esos puentes.
Explicó que desde el año 1979 cuando las tormentas David y Federico hicieron colapsar el aproche oeste del puente sobre el río Ocoa que comunica los municipios Ocoa y Sabana Larga, este se destruye con cada lluvia fuerte en la zona.
Mejía sostiene que la cuenca de este importante río de montaña está enferma y grave de muerte, para curarla hay que internarla en cuidados intensivos y hasta extensivos, y que debe ser declarada zona de desastre ecológico y medio ambiental.
La deforestación que acusan esas sensibles montañas es espantosa; la agricultura de laderas es intensa y la erosión de los suelos, sencillamente es alarmante y dolorosa. Las cárcavas y los deslaves son dantescos, ya no son simples zanjas, son zanjones, cual que sea la intensidad de las lluvias. El agua no encuentra nada que le disipe la energía cinética. El bosque, alfombra verde y viva que se encargaba de controlar y retener los caudales, hace tiempo que fue eliminado, describe Mejía.
Recuerda que el proceso de deforestación de esta cuenca se inició con la instalación de aserraderos, luego de la construcción de la carretera Ocoa-Constanza, inaugurada por el tirano en 1957. Luego, con la apertura de esta vía se intensificaron los desmontes y ya a principios de los años 70, la cuenca del río Ocoa estaba seriamente impactada por la deforestación y una intensiva actividad agrícola que la convirtió, en ese tiempo, en la mayor productora de papas y hortalizas a campo abierto de la región. Indicó que desde esa fecha hasta hoy, esa cuenca hidrográfica ha estado sometida a un proceso de deforestación y erosión acelerada de sus fértiles suelos, con una pérdida de unas 507 toneladas por año, es decir, 3.38 cm. de capa de suelo cada doce meses.
Con la comunidad
Milciades Mejía dijo se debe abordar la deforestación con seriedad, restaurando las cuencas hidrográficas medias y altas con obras de ingeniería para la conservación de suelos, estabilización de taludes, corrección de cárcavas, y producir un cambio de cultivos de ciclo corto por cultivos perennes, reforestación de las áreas críticas y la integración de las comunidades a los trabajos de conservación.
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