Por Nóbel Mejía
Es un hecho innegable que el senador ocoeño Pedro José Alegría Soto está en un punto neurálgico de su exitosa carrera política, las circunstancias le obligan a una reflexión cuyo resultado puede ser determinante para el futuro de la novel provincia sureña San José de Ocoa.
Reflexionar es hacer una parada en el camino, ver todas las opciones, oxigenarse o tomar impulso, retomar agendas o dar giros de 360 grados.
La reflexión invocada por el empresario y legislador es necesaria porque, al igual que yo, muchos son de opinión que su retiro de la arena político electoral es a destiempo y hace poco o ningún sentido. Igual pienso de la «locura efímera» del exsenador Carlos Castillo. Desde luego, no se descarta que «fuerzas mayores» obligaran posturas y decisiones. Se esperaba que uno de ambos fuera señalado por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su «Rey Midas» Danilo Medina Sánchez. Alegría dejó todo para seguir al presidente y no fue correspondido en su justa dimensión, no queriendo decir con ello que decidir por primarias sea injusto.
En ese punto, según creo, Pedro tardó para anunciar o dar el salto. Una plataforma creada con antelación pudo ser «un clavo pasado». Eso es así porque evitaba o minimizaba el riesgo de causar división o malestar en las filas danilistas. Mientras Carlos y Pedro echaban una pavita, la maquinaria del exgobernador Félix Estrella y su contagioso movimiento de conexión conquistaba fogones y mesas de dominó en todos los rincones de la provincia.
La reflexión invocada por el empresario y legislador es emotiva porque despierta sentimientos y pasiones en sus colaboradores cercanos y una gran cantidad de simpatizantes distribuidos en todas las organizaciones y corrientes políticas. Pedro Alegría es un fenómeno político cuasi irrepetible en la historia electoral de San José de Ocoa. Mucha gente abriga esperanzas de una vuelta al combate en las urnas del 2020 y, de hecho, se espera un leve pero claro susurro para despertar al dragón.
La reflexión invocada por el empresario y legislador es intrigante porque realmente se desconoce la idea final detrás de toda esa alharaca mediática que parece estar tomando pulso al ambiente. Hay personas que opinan la decisión fue tomada hace rato. Las opciones son tres: vuelve al terreno de juego, apoya a uno de los jugadores o se sienta en las gradas. Volver al combate implica ser adoptado por alguna organización política conocida o, quizás, la creación de un movimiento local al estilo «Pasión Por Ocoa». Desconozco si habrá tiempo o no para eso último. Es posible que ese acto reflexivo tenga voz cuando se defina la candidatura del PLD, sobre todo porque no es lo mismo combatir a José Antonio Castillo que a Félix Estrella. Cualquier partido fuera del oficialismo, excepto los llamados progresistas, ofrecería lo que no tiene para contar con Alegría en sus filas. Sin ánimos de minimizar, es más demoledor si el Partido Revolucionario Moderno (PRM) se saca esa lotería.
Pedro puede ofrecer apoyo a uno de los jugadores y, en ese sentido, el más potable es Félix Estrella, siempre y cuando este gana la candidatura. Si la reflexión decide ese camino, la persona señalada tendrá ganancia de causa y la posibilidad de llegar más alta de la historia. Lo tercero y menos probable es ver al senador sentado en las gradas, aunque un acto de tal naturaleza no tendría nada de malo.
En cartelera Pedro vs Félix los leonelistas correrán a los brazos del primero por el dolor de una «pela interna», por oponerse al danilismo y porque hay una factura pendiente de pago desde 2016. La curvita de la Paraguay espera con paciencia el paso del caballo veloz y su sonriente jinete. Si por el contrario Pedro apoya a Félix la gente de Leonel observará desde las gradas o se inclinará por el candidato a vencer de otro partido. No se sorprenda si algunas fichas del danilismo y sus seguidores se «apasionan» y hacen causa común abierta o «a escondidas» con los leonelistas pedristas. Alegría es una figura magnética, imponente, atractiva.
En cartelera Pedro vs José Antonio los danilistas correrán a los brazos del primero ante la verguenza de una derrota interna inesperada. De hecho, se repetirá la historia con un Danilo Medina Sánchez apoyando a Pedro Alegría tras bambalinas.
Carlos Castillo no enviará señal alguna y dudo mucho se le vea el pelo por estos lares. Desde luego, es danilista y esa facción puede traerlo a dirigir la campaña de Gonzalo Castillo en Ocoa si este resulta ser el candidato presidencial del PLD. Es la única forma probable de que el exsenador acompañe a Félix Estrella porque, según veo en mi radar, no creo le apoye desde la distancia.
Insisto que los resultados locales dependerán en gran medida de lo que ocurra a nivel macro. Son cosas totalmente distintas una candidatura de Leonel Fernández y otra de Gonzalo Castillo y su jefe Danilo Medina. No perdemos de vista que en todo caso el presidente impulsará candidaturas locales en todo el territorio nacional.
Por donde quiera que usted lo tire o vea, enfrentar a Pedro Alegría es un trago amargo con sobrada desventaja. Toda vez salte el muro de las primarias Félix Estrella debe apurar el paso porque, además de despertar pasiones y desprender cariños por un tubo y siete llaves, el bolsillo alegrista es muy pesado. El Estado es el único que puede enfrentar un fenómeno dual de tal naturaleza. Pedro es un partido persona que aglutina gente de todas las posturas y credos. La capacidad de tocar puertas y verlas abiertas de par en par supera con creces el potencial de muchos. Niños de teta concluyen algunos.
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