Por Roberto Santana
En las redes está apareciendo un ataque malintencionado y cobarde contra el veterano periodista Felipe Ciprian.
En cuanto al comportamiento ético en las profesiones no se puede meter a todo el mundo en un mismo saco y mucho menos a Felipe Ciprian a quien, a través de los años, se le ha visto hasta desempleado por su independencia de criterio y su integridad innegociable.
Hay que tener cuidado en estos tiempos con hacer una cacería de Brujas con este tema pues tiene fe pública por décadas el hecho de que Felipe Ciprian es un ciudadano y periodista absolutamente honesto, de vida frugal y de convicciones democráticas y patrióticas inconmovibles.
Todos saben que él donde quiera que ha tenido un empleo lo ha honrado con trabajo y de calidad. Así ha sido toda su vida.
Ha podido tener los más altos cargos de la prensa dominicana y su independencia absoluta y su honestidad, rayana casi en la exageración, no lo han ayudado en eso.
Si su hija es una profesional que hace su trabajo y el Estado puede ofrecerlo, no veo inconveniente.
Eso es muy distinto a una gran cantidad de botellas, personas que reciben sueldos sin salir de su casa.
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