Por: Christlady Tejeda
Todo pasa, todo es posible; estas y demás frases son las que nos decimos a diario para poder coexistir y no dejar que ciertas circunstancias de la vida nos dañen. Existimos por muchas cuestiones, vivimos por varias razones, pero el sobrevivir, ya depende de nosotros.
Es grandioso ver la concepción de los seres humanos, desde el apareamiento por así decirlo; la gran carrera de espermatozoides y el proceso de fecundación que nos transforma de un simple esperma a un embrión; al principio, conlleva la forma de un grano de habichuela para luego convertirse en una de las especies más grandiosas de la tierra. Es así de simple, un proceso largo, lento, arduo y a veces complicado, pero es una causa que debemos pasar los seres humanos para convertirnos en padres, madres e hija/os
Se preguntarán el ¿por qué? De mi comparación, sencillo, la vida y los diferentes procesos de esta, son similares al proceso de concebir, me explico. La carrera de espermatozoides asociado a la cotidianidad no es más que la lucha por la meta que llevamos a diario en la vida, ya sea por terminar tu carrera universitaria, conseguir el mejor de los empleos o algo menos complejo como el conquistar al chico que te gusta. Eso es así, cada vez que nos planteamos y proponemos metas, objetivos o propósitos en la vida, debemos de ser fuertes y a la vez pacientes; luego que ganamos la carrera (que tomamos la decisión de cumplir nuestras metas, objetivos y propósitos) debemos de seguir luchando para fecundarlas; hacer que las cosas pasen, tomar decisiones de convertir algo que estaba en nuestra mente, en algo real tangible e intangible. Es cierto, no es tan fácil para muchos como lo es para otros, pero la verdad es que si queremos realizar nuestros propósitos no nos queda más que luchar, pelear por ellos, tener coraje, tener fe.
La vida es así, es compleja, anhelada, vivida, es hermosa. Según como yo la veo, es cuestión de ver las perspectivas; nos proponemos las metas, luchamos por ellas, hacemos que pase y BOOM, ya está, lo ¡LOGRE!, Ya tengo lo que quería, que feliz me siento.
Pero no es fácil, el llegar a la meta es solo el comienzo, luego que damos a luz, que conseguimos el diploma, que obtenemos el trabajo, que tenemos al chico que nos gusta; debemos seguir luchando, escalando, no es que llegamos y listo, ¡NO!. A veces lograr lo deseado no es la cuestión, el punto es, seguir creciendo, comenzar a ver las proyecciones hechas realidad.
Por esto, es que debemos ser fuertes y prepararnos para todo, debemos de entender y hacernos a la idea de que siempre habrá cambios, giros inesperados. Unos tantos buenos, otros no tan buenos, pero aun así debemos de ser fuertes y persistentes, de mente, espíritu y corazón.
Preparar nuestra mente para los sucesos de la vida, empezar a ver las diferentes perspectivas, ser más animosos cada día, entender que, de cada reto o de cada derrota podemos adquirir conocimiento. Comprender que después de una larga lucha es posible que nos sintamos agotados, destrozados, cansados de no cumplir con los objetivos y metas propuestos por nosotros mismos para con nosotros, es decir, ser fuertes para luchar, pero ser más fuertes para comprender los resultados. El punto es, que luchar no es suficiente, luchar es solo una parte del proceso, obtener el resultado es otra, lo más importante es comprender en nuestro interior de que no importan los cambios, consecuencias o resultados que salgan de nuestros actos, debemos de estar preparados y tomar de cada uno de estos, un aprendizaje, una experiencia que nos servirá para más adelante en la vida. Puede parecer un poco ilógico, pero a veces un proceso nos ayuda a comprender otro, a ser y actuar de una mejor manera.
La vida es cambiante, el tiempo que se va, jamás vuelve, si así fuese, todos podríamos regresar a ese momento en nuestra vida. Eso lo comprendí luego que de cada verano todo se tornaba diferente, ya nada era lo mismo, pero eso no me preocupaba, porque como muchos, creo que todo debe y tiene que cambiar y lo que no, mejorar.
Debemos aceptar los cambios, desechar lo negativo de estos, y tomar como experiencia y convertirlo en positivo, como dice un refrán: De cualquier yagua vieja sale tremendo alacrán.
Estar preparado para la vida es importante, aceptar los cambios es más aún, verlos y sacar provecho de ellos, es una de las mejores herramientas de crecer. Entender que, actitud de grandes es cerrar ciclos de la mejor manera posible.
Y como dice (ANATOLE FRANCE)
Todos los cambios, aún los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía; porque aquello que dejamos atrás es una parte de nosotros mismos: Debemos morir una vida para entrar en otra.
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