Ma, Anahi Amparo Batista
En muchas de nuestras familias existe la problemática de un pariente con adicción al juego o ludopatía, esto se define como el impulso incontrolable de seguir jugando y de apostar a pesar de que aparecen consecuencias negativas relacionadas con el juego en la vida del adicto.
Muchas personas viven a diario la frustración de jugar y perder, pero eso no los detiene en su afán por creer que serán ricos o podrán resolver sus problemas con los juegos.
Las personas con esta adicción no ven más allá de la posibilidad de vivir un día sin jugar, cuando no tienen dinero para cubrir su adicción son capases de robar, vender, empeñar y llegan hasta la vergonzosa situación de pedir para jugar, las personas con esta adicción tienden a tener problemas en sus relaciones sentimentales cuando su pareja identifica la problemática, recordemos que para los ludópatas esta situación está bajo control, estos no tienen posibilidad de identificar el problema, buscan excusas y justifican su acción.
La inversión de su tiempo, energía y dinero en las actividades de juego aumenta con el tiempo y la persona se va haciendo más dependiente de este para enfrentar la vida diaria. Sabemos de personas que el descontrol progresivo y los gastos desmesurados de dinero los han llevado a problemas económicos y familiares severos y a mucho stress psicológico. Esta situación les causa depresión y ansiedad que muchas veces ponen en peligro la vida del adicto. La adicción al juego es la adicción más relacionada con intentos de suicidio.
Una variante de esta adicción, son las compras, que muestra el aspecto compulsivo, la negación y el deterioro de las relaciones familiares, muy parecido al adicto al juego. Usualmente es más frecuente en mujeres, pero no exclusiva del género femenino este es un deseo compulsivo. El tratamiento puede ser muy complejo, en parte eso se debe a que la mayoría de las personas que tienen dificultades de adicciones no lo admiten, sin embargo, un componente importante del tratamiento es trabajar para reconocer que eres un ludópata. El tratamiento puede ayudarlo a recuperar el sentido del control y, tal vez, a salvar una relación dañada o a sanear sus finanzas.
Preocupante es ver como en nuestro entorno los juegos de azar se incrementan a la vista de las autoridades y nadie dice ni hace nada. Con el paso de los años el desorden es mayor y las autoridades no tienen cómo controlar la multiplicación exponencial de las bancas de apuestas. Entre los dueños de bancas de lotería existe un ambiente de desconfianza y competencia desleal que ha comenzado a afectar sus ganancias.
Desde la promulgación de la Ley 139-11, que regula las bancas, casinos y juegos de azar, el número irregular de estos establecimientos se ha triplicado, partiendo de que las que operan con permiso son 30,750. Sin embargo, estimaciones conservadoras de los “banqueadores” ubican la cantidad en poco más de 100,000, pudiendo llegar a las 120,000 en todo el territorio nacional.
Por cada escuela pública existen 154 bancas de lotería, partiendo de que el Ministerio de Educación contabiliza los planteles en 6,500 en todo el país. El sector educativo del Estado emplea a 180,000, entre docentes y personal administrativo, mientras que los “banqueadores”, según sus datos, emplean a aproximadamente 72,000 personas. Hay un déficit de alrededor de 3,000 docentes. (Fuente periódico digital el Dinero).
Para mí lo más preocupante está ocurriendo en nuestra provincia donde las bancas de apuestas son cada vez más y más, tengo entendido que ya ni siquiera se debe tomar en cuenta la distancia entre las mismas. Los ludópatas tienen en las puestas de sus casas las bancas lo que perjudica la adicción cada día más.
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