Por: Nobel Mejía
Un pendiente trae otro y es así como quedamos en analizar las posibilidades del ex senador Carlos Castillo, actual cónsul de la Republica Dominicana en la Ciudad de New York, de cara al torneo electoral del próximo año. En el artículo anterior sobre la presentación del precandidato Félix Estrella decíamos que, al parecer, a Castillo se le hace tarde para ablandar habichuelas.
La gente ha manifestado interés o “curiosidad” ante el posible retorno del ex legislador de la Cámara Alta, al menos se deja sentir en las redes sociales y en rincones de la provincia. Es posible que dicho sentimiento no tenga fuerza para hacer mediciones pero es importante para crear percepción. Para los carlistas es una inyección de esperanza pero les tengo una mala noticia: el cuadro no es muy halagüeño, a menos que el tiempo decida una coyuntura especial.
El otrora senador nunca se preocupó por armar una plataforma política, cuadros que le respondan totalmente y con exclusividad. Sus seguidores lo ven como un sujeto de dinero e influencia pero no necesariamente como un líder. Desde luego, el hombre es “magnético” y oculta un don de liderazgo que no ha sabido explotar. Ese factor le jugó, le juega y le jugará en contra, siempre y cuando permanezca en esa zona de confort.
Es evidente que el ex senador se apartó de la línea leonelista y apoya abiertamente la gestión y reelección del presidente Danilo Medina. En una entrevista confesó que sus raices son danilistas y, de hecho, su ingreso al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) fue por esa vía.
No sabemos como puede efectuarse un retorno de Carlos Castillo fuera de la línea leonelista que lo catapultó a la senaduría. En un escenario con Leonel Fernández como candidato presidencial del PLD es casi seguro la ficha a la senaduría de esa línea será otra, quizás el actual diputado Francis Mancebo, líder por defecto de esa corriente. De manera que Castillo apuesta a la reelección, posibilidad que crece cada día más.
Si Carlos realmente está interesado en presentarse debió meterse de cabeza en Ocoa un año atras, sin necesidad de descuidar su actual posición diplomática. Voces voladas comentan que ha hecho algunos “pininos” sociales o intentos de acercamiento. Creemos su pasividad es pasmosa, aún teniendo la posibilidad de convertir la Fundación Carlos Castillo en una herramienta de poder. El ex legislador ni siquiera cuenta con voceros de credibilidad que hagan el trabajo de impacto verbal.
La otra cuestión es que Danilo Medina apueste a un proyecto carlista. Sea candidato o no, el presidente moverá fichas en todos los rincones del país y está pendiente saber si Carlos es una de esas. Los recién llegados a las líneas no necesariamente son bienvenidos por todas las voces que controlan dichas parcelas, sobre todo porque hay una vieja guardia haciendo fila desde hace bastante tiempo y si ese conglomerado muestra resabios es un problema serio que puede restar en las urnas. Es posible que en los altos niveles danilistas el ex senador esté “palabreado”, entiéndase bajo promesa de posible adopción. Eso último puede explicar la quietud de Carlos ha escaso tiempo de las elecciones. Desde luego, Castillo es un apasionado del mundo de la diplomacia y no creo le resulte desagradable seguir nadando en esas aguas donde ha demostrado ser experto en bucear.
Los enemigos están en ambas esquinas. Si Carlos viene por el danilismo tendrá toda la plataforma leonelista en contra, la misma que lo hizo ganador en 2010. Ese fraccionamiento debilita y puede dar paso a otro. Figuras claves de la corriente danilista pueden revelarse e irse en contra abiertamente o tras bambalinas. Los estrellistas y CxA no votan por ese señor ni que el presidente Medina lo pida de rodillas, a menos que se oferten posiciones interesantes a sus principales correligionarios.
Una cosa es Segura, Carlos Castillo tiene dinero de sobra para calmar escenarios y el sólo hecho de ser señalado por el presidente Medina es determinante. Pedro Alegría también cuenta con un bolsillo pesado y estrecha cercanía al mandatario, quizás más efusiva que la de Castillo. No se descarta el apoyo a este último, bien sea de forma oficial o no. Félix Estrella llenó sus alforjas pero no llega a los niveles de esos “monstrous”. Ahora bien, es un hombre carismático y bajo un apoyo de Medina es quizás el más explotable.
No imaginamos a Carlos Castillo sometido a unas primarias y, por ende, asumimos aspira al poderoso dedo del presidente. No lo contemplamos en la esquina de Leonel Fernández porque se apartó de ella y si retorna puede causar malestar en los generales que han mantenido la fidelidad contra viento y marea, mucho menos compitiendo con otros precandidatos danilistas y/o leonelistas.
Por ultimo, si Castillo resulta el candidato por la vía que sea tendrá una papa muy caliente en sus manos. Es mentira que en política todo se resuelva con billete, existen escenarios fuera de control. La tarea clave es aglutinar todo el partido, danilistas y leonelistas. Lo otro es que Carlos repita el “fenómeno Pedro Alegría”, ganando con o sin partido, con mucha gente de todos los lados. De hecho, el ex senador cuenta con niveles interesantes de simpatías fuera del partido.
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