CONSTANZA. Para todos parece estar claro que el Parque Nacional de Valle Nuevo es una de las áreas protegidas más importantes para la producción de agua y regulación del clima de toda la isla, debido a que al menos 7 de cada 10 dominicanos se benefician de una forma u otra del agua que se produce allí, no en vano se le ha bautizado como «Madre de Las Aguas».
Pero a raíz de la resolución del Ministerio de Medio Ambiente que ordena el cese de las actividades agrícolas en el área y la firme posición de Francisco Domínguez Brito de ejecutar el mandato de la Ley, abundan versiones contradictorias y llueven informaciones que pudieran confundir a la gente sobre la real situación de aquello que ocurre en Valle Nuevo.
1- ¿Por qué ahora este interés en proteger Valle Nuevo?
– No es un asunto de ahora, desde 1961 esta zona fue declarada como «Vedado», o sea que no debía tocarse con fines de explotación. En 1983 fue declarada «Reserva Científica» con el nombre de Juan Bautista Pérez Rancier. Más tarde, en 1996, Balaguer lo decreta «Parque Nacional’ y la Ley 202 del 2004 lo ratifica en esa misma categoría.
2- ¿Quiénes son los dueños de esa tierra?
– Motivado por José Delio Guzmán, Trujillo se interesó en la zona para explotarla intensivamente con aserraderos y ganadería. Para ello la dividió en al menos 4 grandes parcelas y las tituló a nombre de las familias Mera, Guzmán, Bermúdez y Robles. En ese momento se produjeron desalojos de los campesinos que las ocupaban. Tras la muerte de Trujillo esas 4 familias reclamaron » su propiedad» sobre estas tierras, y lograron ocupación sobre una parte de ellas, con fines de seguirlas explotando para extraer madera y usarlas como predios agrícolas.
3- ¿Si era área protegida, por qué se permitió que se ocupara y se ha tardado tanto en intervenirla?
El gobierno de Balaguer clausuró los aserraderos en 1967. Lo cual fue aprovechado por muchas familias campesinas para ir ocupando para cultivos «los claros» dejados por los aserraderos. Muchas de esas tierras ya estaban tituladas de forma regular o irregular a nombre de grandes familias. Aun contra la Ley, otras personas pudientes «adquirieron derechos» para construir cabañas y predios de cultivo, lo que motivó a que, en 1993, Balaguer ordenara el desalojo compulsivo de todos los ocupantes, fueron sacadas casi 400 familias y destruidas las villas existentes.
4- ¿Entonces cómo es que si han desalojado, vuelven a ocuparla?
-A pesar de los desalojos previos, a partir de 1996 muchos retornaron a ocupar las tierras por debilidades del propio Estado. Luego, en la gestión de Jaime David Fernández en el Ministerio de Medio Ambiente, se hicieron esfuerzos por regular la explotación agropecuaria, pero a pesar de ello quedaron consolidados varios enclaves agrícolas dentro del área protegida, los principales: El Castillo y Montellano, por Constanza y Las Espinas, por Ocoa. Es posible que los gobiernos de la época no hayan querido asumir el costo político de hacer cumplir la Ley.
5- Si algunos alegan tener sus títulos, ¿por qué no les pagan sus derechos?
– Esto se debe a que no se ha hecho una declaratoria de «Utilidad Pública», lo que conllevaría expropiación, sino que el Estado ahora lo que reclama es lo que expresa la Ley de Medio Ambiente, que impone controles sobre lo que se puede y no se puede hacer en áreas protegidas, aunque esté bajo control privado. Muchos expertos opinan que los títulos que exhiben algunos ocupantes no son legítimos por la forma en que fueron obtenidos y que deben recibir el mismo tratamiento legal que el caso Bahía de las Águilas. Aun así, el gobierno de Hipólito Mejía pagó en 2004 la suma de 243 millones de pesos para resarcir a la familia Guzmán, representada por Jaime De Jesús Guzmán.
6- Se habla de desalojar campesinos, de ser así, ¿cuántos son?
– El inventario de Medio Ambiente sobrepasa los 400 «ocupantes», de ellos, la mayor parte con explotación agrícola corresponde a unas pocas familias con cientos o miles de tareas en posesión, de los cuales muy pocos residen allí, estos tienen «de qué vivir» fuera de Valle Nuevo. En tanto que comunidades como «El Castillo» que consta de 41 familias, son de las pocas que realmente habitan en la zona, aunque en tierras tituladas a nombre de otras personas, son familias humildes con posesión de pequeñas porciones de entre 5 y 50 tareas de tierra para subsistencia. Para estos no se ha contemplado desalojo, en condición similar se citan otras comunidades como Las Espinas, La Siberia, Limoncito y Pinar Parejo.
7- Si son tan pocos, ¿cómo se les atribuye tanto daño?
– Por el tipo de labor intensiva que hacen con el empleo de miles de jornaleros haitianos, la agricultura extensivas en zonas de altas pendientes o de captación de agua, que eliminan los bosques naturales, se aplican agroquímicos que contaminan el ambiente y amenazan la biodiversidad, pero también secuestran el agua que debería fluir a los ríos. Además, la labor de quema en algunas de estas parcelas ha sido la causantes de terribles incendios forestales.
8- ¿Qué pasará entonces con estos campesinos?
– Con los más humildes, los que no tienen otros medios de vida, el Ministerio de Medio Ambiente ha hecho el compromiso de mejorar sus condiciones, de buscarles una salida que les permita vivir dignamente, sea como empleados del Ministerio o como agricultores, pero fuera del área protegida. Con otros ocupantes que reúnen condiciones socioeconómicas distintas, hay propuestas encaminadas a facilitarles que sigan sus procesos productivos, pero nunca dentro de Valle Nuevo. Sin embargo, no faltan voces que alegan que a ciertos ocupantes debería exigírseles el cobro por los daños causados por la explotación irregular de un área protegida.
9- Entonces, a los chiquitos los sacan de sus parcelas, ¿pero qué hay de los dueños de mansiones?
– En la zona hay proyectos como «Rancho Guaraguao», que fue iniciado por el exministro de las FFAA José Miguel Soto Jiménez en franca violación de la Ley. Una parte de esas villas lujosas están dentro del área protegida. La información dada por el Ministerio es que no se permitirá ninguna construcción adicional y que las existentes deberán pagar por el uso de los servicios ambientales allí. También se cita «Villa Pajón», famoso proyecto de alquiler de villas de la Familia Guzmán. Muchos opinan que deben ser desalojados, pero el Ministro ha dicho que así como no se destruirán casas humildes que estén habitadas, tampoco se destruirán instalaciones que pudieran servir para aprovechar el potencial Ecoturístico del Parque Nacional, pero aclaró que regulará sus operaciones.
10- En tanto terreno, ¿qué tanto afecta si se cultiva solo un poco?
– Es un tema simple: La Ley lo prohíbe, entonces o se cumple la Ley o no se cumple. Siendo así, como no hay forma de que «robar un poco» o «matar un poco» sea tomado como «permitido», así tampoco se vale sembrar «un poco» …aunque esto sea una parte ínfima del terreno que se alega poseer.
11- Si dejan de sembrar, ¿habrá crisis de alimentos?
– Probablemente será lo contrario: se estima que un alto porcentaje del agua que «deja de fluir» en Valle Nuevo hasta los predios de cultivo del sur o de Constanza, provoca pérdidas en la productividad de esos suelos. Además, de poco vale que se siga sembrando el área protegida, si a la larga y durante años los mismos ocupantes alegan que están «endeudados»…Entonces, ¿para qué seguir destruyendo la Madre de las Aguas, si todos salimos perdiendo?
12- ¿Qué va a pasar cuando saquen la agricultura de Valle Nuevo?
– Según los expertos, la complejidad del ecosistema único que existe en Valle Nuevo ha provocado el fracaso de la mayoría de intentos previos de reforestación, por ello, muchos sugieren que se permita a la naturaleza asumir la regeneración natural, proceso que podría tardar décadas. Otros consideran que debería iniciarse la restauración ecológica en algunas zonas específicas, recuperar los suelos y plantar especies típicas de los bosques que existieron allí antes de su desmonte.
Fuente: Diariolibre.com
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