Por: Harris Castillo
Desempeñar un cargo o función pública, hace mucho tiempo que perdió su verdadera razón de ser, toda vez que las cúpulas partidarias nos enseñaron que ser funcionario era formar parte de una corporación empresarial con el único fin de hacerse de dinero.
Son muy pocos los ejemplos de funcionarios de niveles medios y superiores, que no estén utilizando el cargo para engrosar su patrimonio personal, de acuerdo a lo que se puede apreciar de ellos en sus pueblos.
Servidor público, es un elemento en extinción que ha dado paso al concepto de servirse de lo que, en teoría, es de todos.
El gobierno acusa una falta de planificación y de objetivos en todos las áreas de administración que no sean de la concentración de poder y la acumulación de riquezas, en virtud de lo cual, pocos avances pueden destacarse en temas básicos
Esa falta de planificación, afecta al medio ambiente por igual. No hay acciones para reforestar de manera sostenida y estratégica, se hacen programas de reforestación cuyos resultados son poco efectivos, no hay políticas de conservación de suelo, prohibición de siembra de cultivos de la alta demanda de agua en zonas neurálgicas. No hay políticas de siembra y cosecha de agua. Ni hay políticas de preservación de lo poco que nos queda, y por ende, no hay sanciones.
Los dirigentes políticos, al descubrir que son parte de una corporación empresarial, se han decidido a buscar sus beneficios, cansados de que solo los de arriba cobren de los negocios del estado, y se han olvidado de guardar las apariencias. Así, han visto en los recursos naturales su gran tajada del pastel y sus acciones nos convertirán en un hermoso desierto en pocos años, si no hacemos nada.
Propongo entonces que hagamos algo, para hacer que los dirigentes políticos busquen su beneficio, al que parece tienen derecho, en otras áreas que no los convierta en criminales medioambientales.
Lo primero que debo proponer, es la renuncia de la encargada de medio ambiente en nuestro pueblo. Mariel Méndez, no debe seguir al frente de esa institución, debe renunciar. Y debe hacerlo para darnos esperanza, para honrar su apellido y para defender su pueblo.
Los Méndez han demostrado mucha capacidad de sacrificio por Ocoa. Entre los pocos que conozco, Cesar dedicó su vida a la lucha por los intereses de los agricultores de Ocoa. Yudelis es una activista incansable por un mejor Ocoa. Gilberto dedicó su juventud a formar desde la aulas, Jared tiene una lucha frontal contra los accidentes de tránsito y por los intereses de los galenos que representa; y el que más quiero de todos, Lin Méndez, que con un poquito de defectos, es una montaña de virtudes al servicio de cualquiera.
La gestión de Mariel, seguro llena de mucho sacrificio, no será recordada a la altura de los aportes del apellido. Buenaventura es parte de un ejército de hombres y mujeres que hacen honor al apellido.
No debe dirigir Mariel Méndez, una institución que carece de objetivos, de metas y de planes en beneficio de su pueblo. Tampoco debe dirigir en una gestión donde los dirigentes no respetan a su partido, ni a su gobierno, ni a su líder, ni a su pueblo; la irrespetan a ella, le impiden hacer su trabajo con eficiencia y la convierten en cómplice de un crimen tras otro sin sanción.
Lo segundo que debo proponer, es la creación de una entidad con el único fin de velar por los recursos que nos quedan, que vigile, que actúe, que enfrente, que someta, que denuncie, que proponga.
Y luego una entidad de jóvenes, estudiantes o no pero jóvenes, cuyo único fin sea la siembra y cosecha de agua, empezando por recuperar la cuenca del Ocoa, violada, usada, descuidada, huérfana.
Quien me secunda?
Recuerda que nos quedan muy pocos medios de comunicación que defiendan los intereses del pueblo, si me secundas, usa tus redes.
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