Por: Asdrovel Tejeda
He visto algunos comentarios sobre las patronales de Ocoa en pro y en contra, observé, también, algunas vistas sobre la asistencia – descomunal por cierto- de multitudes en fiesta.
Pero que son las patronales, de dónde vienen? En la Edad Media temprana algunas ciudades celebraban ferias anuales, fuera de las murallas, para vender y comprar desde ganado hasta comestibles, ropas etc. esto atraía una serie de «artistas callejeros como saltimbanqui, bufones, cuentistas, trovadores, se hacían diversas competencias y etc.
En sociedades deprimidas y pobres esto daba un espacio no sólo a la distensión, también a la socialización y muchas de estas, también, a las tramas políticas de liberación y cambios de los muchos producidos en el mundo. La religión Cristiana, como muchas de sus celebraciones, las adoptó, sobre todo en España y las regiones colonizadas por esta, para festejar el santo patrón de las ciudades, introduciendo también algunas celebraciones paganas alternas para la capitalización de la religión católica.
Con el tiempo, aunque conservan un sentido religioso a devenido en impulso social y económico. Leí los comentarios del Sr. Gonzales Fabra ( Será el mismo que fue funcionario en el gobierno del Dr. Balaguer y en el de Hipólito Mejía?) Bien, en esa sinopsis habla de las fiestas patronales de los años sesenta y principios de los setenta, orquesta de Rafelito Martínez y Santa Cecilia, una en el bar tres rosas, donde solo los que podían asistían y otra en el club Ocoa, de mi grata recordación, también para un público de cierta urdimbre social y económica, fiestas que en su esencia eran dirigidas a un selecto grupo de la sociedad Ocoeña, ahora veamos, la Santa Cecilia perimió y el mismo merengue está en ruta agónica y sus colores cambiaron, como su base rítmica, por ahí comienza el cambio.
En esos entonces Ocoa tenía a lo sumo treinta calles, habían como catorce vehículos privados y la población, poca, eran casi todos familia y la iglesia, una voz que imponía por ignorancia y poder político, social y económico, toda una «verdad» incuestionable, vaya usted a ver. En nueve días se terminaba el asunto y aquí no pasó nada. Ahora las condiciones son totalmente diferentes, una población multiplicada, con una cantidad igual en el extranjero deseosos de ir a su pueblo, buenas carreteras, medios electrónicos de difusión y sobre todo, montos de ganancias sobre los trescientos millones de pesos que van a muchos bolsillos.
Cuantas ciudades les gustaría tener unas fiestas así. Muchos usan el espacio de la crítica, un derecho reservados a todos, pero me gustaría oír planteamientos que ayuden a mejorar las patronales, les ofrezco algunas: Promocionar más la feria, hacer folletos de lugares Ocoeños( vender Ocoa) Disposición de una caseta de información para visitantes es esta, a parte del folleto, se le tomarían nombre y dirección donde luego de las fiestas se le mandarían las gracias por visitar Ocoa, en ese mismo lugar se le hablarían de lugares de interés para visitar.
Dado los precios abusivos de algunos establecimientos se procedería a alquilar habitaciones de hogares dispuestos para esto, se haría un listado que se le presentaría al visitante, previamente se chequearía si esos lugares se prestan para alquiler, eso le daría un ahorro sustancial al visitante, le permite relacionarse con familias Ocoeñas y le darían a estas la oportunidad de ganancias económicas. En un lugar amplio, puede crearse un parqueo provisional donde se dejarían los vehículos cuidados por agentes municipales, el pago de este parqueo le ofrecerá al que parquee, llevarlo a los alrededores del parque en uno o dos troley. Diversificar la música, no más de tres vehículos «ligth» uno en cada lado del parque; ofrecerían opción de dividir la centralización de las fiestas, dándole oportunidad a otros negocios de entrar en la zafra. Baños asequibles (aunque sé que el problema de la orinadera no es asunto solo de las patronales) dar multas de cien pesos al encontrado en estos menesteres y detenerlos momentáneamente. La conformación de vigilancia dentro y en los laterales del parque. Dos ambulancias parqueadas permanentemente unan en la Duarte y la otra en la 16 de agosto, por si acaso y el despeje de las calles principales.
Las fiestas, en su mayoría de edad, son del pueblo, servirán, si nos lo proponemos, para mercadear Ocoa y para distribuir ganancias entre muchos a la par de ofrecerle al visitante la mejor cara de la provincia y a los que nos fuimos, la oportunidad de reencontrarnos con viejos amigos, con nuestra historia y darle beber a la añoranza el sentido profundo de lo que somos.
En el ínterin felicitar la sindicatura, todos los días limpiaban temprano el área de concentración con una rapidez y disciplina envidiable, a los directivos de las patronales, del reinado, de la feria, excelente!! A los deportistas a los visitantes y al pueblo de Ocoa que una vez más dio una demostración de civismo acrisolado. Mientras volvemos al palo encebado y a las carreras de sacos, estaremos pendientes de los lamentos. Ah, las fiestas en el Rancho se dieron excelentes, una demostración que las fiestas tomarán otra dinámica, el que quiera y no pueda, se quedará en el parque, el que pueda y quiera, irá a sus fiestas privadas, pues Ocoa y los Ocoeños están en patronales. Volveré con el tema.
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