Por Miguel Soto.
Creo en la administración de Estado como prestadora de servicios.
El crecimiento de la calidad de vida depende de la inversión a la micro empresa y el empoderamiento de un respaldo al trabajo informal, garantizando que el empleado formal y los valores económicos crezcan en la misma medida en que se crean riquezas.
Nuestro país tiene las leyes suficientes para que el Poder Ejecutivo y los gobiernos municipales puedan HACER CRECER los renglones económicos que a su vez da mejor calidad de vida a la población y optimiza las oportunidades sin importar clase social.
La debilidad del sistema se encuentra en el tráfico de influencia, carencia ético moral de quienes han sido elegidos para representarnos (congreso y Salas capitulares) y la falta de carácter de nuestros jueces en la aplicación de la ley.
Los Partidos tienen que asumir un compromiso social y económico con sus comunidades mas allá del compromiso electoral. Los Partidos políticos. Porque el problema no es el que está en el gobierno, las carencias no son propia de quien gobierna, la carencia es de todos y todas los/as que participamos en la administración pública.
Se requiere una reinversión clara de valores; una reestructuración del sentido objetivo de la ética y la moral que conlleva hacer lo correcto.
El papel de nuestra generación es dejar mejor calidad de vida a las generaciones venideras. No es asunto de llegar al gobierno y ya, es construir un mejor país.
Y el primer paso para construir ese país es convencer a todo el sistema que la Agricultura es el motor de la consolidación del peso ante el dolar. Toda la clase política (en el poder y «fuera» de el), debe trabajar sobre el entendido de que la agricultura es lo inmediato y, por tanto carreteras (especial los 12 km de Rancho Arriba\Sabana Larga) y caminos vecinales de todo el país deben ser reparados de emergencia, los prestamos agrícolas tienen que estar acompañados de un Seguro de Perdida Catastrófica), apertura de mercados nacionales y creación de departamento de Siembra y regularización de precios para de mano de esto impulsar la agricultura de campo abierto incentivando al productor que en la medida que produce gana, paga impuestos y consolida la generación de divisas que queda en el territorio nacional lo que contribuye a estabilización de la taza e impulsa la generación de bienes y servicios.
«Los proyectos políticos tienen que responder a los cambios sociales delimitados en ideas y esfuerzo comunitario sometidos a la Ley; los proyectos electorales se basan en ineptos cuyo único propósito es el interés personal, el sacaliñamiento del deber cumplido convertido en «favores» personalizados y la carencia de propuestas.
El trabajo electoral tras el voto no puede seguir fundamentado en la babosería cada vez menos creíble de quienes tenemos acceso a los medios, el voto no debe estar dirigido por la secuencia de pica pollo y 500 pesos para luego de robada la voluntad mandar a todo mundo para el carajo.
El voto tiene que plantarse en la oferta política que te diga que hará por la consolidación económica de su comunidad, no en «hice» conformándose con las migajas que deja caer de la mesa el «líder»; el poder electoral del voto es un poder político no clientelar.
Se requieren legisladores (diputados, senadores y regidores) que legislen por la correspondiente solución de problemas de la población representada.
Se requieren jueces que dicten sentencias ciegas, solo determinadas por el espíritu de la ley.
Se requiere que el ejecutivo tenga la voluntad política para redirigir desde el Estado el destino político, económico y educacional de la nación; con un necesario régimen de consecuencias a las equivocaciones y actos de corrupción.
El proceso que apenas inicia traerá en sí mismo la desnudez de las debilidades de cobardes encapuchados la corbata que define la indecencia y zacaliñamiento.
… Marzo está en camino y tendremos que esperar a donde nos lleva el barco.
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