José Henríquez
Es cierto lo que dice el Doctor Julio Hazim: “en República Dominicana el poder político es omnipotente” y “un presidente es lo que más se parece a Dios”.
Pero también lo afirmó el profesor Juan Bosch: “En República Dominicana no hay clase gobernante y las clases dominantes no respetan las reglas del juego que deben existir en una sociedad capitalista”.
Quiero agregar, partiendo de lo que dijo el doctor Hazim, que en República Dominicana un presidente (Desde la fundación de la República) puede dar grado a grado las obras de construcción, compras o servicios; ejemplos históricos: Buenaventura Báez asignó grado a grado la construcción del ferrocarril, la línea desde Puerto Plata hasta Santiago (Década de 1860-70); el dictador Lilís (1890) concedió exoneraciones y exenciones de impuestos a los ingenios de William Read, Montecatini y, principalmente a su amigo Juan Bautista Vicini, quien además era uno de sus acreedores; el dictador Trujillo (1930-1961), “el Benefactor”, asignaba las contratas de construcción de puentes (El duarte, el Malagueta, Ocoa) y carreteras a sus amigos (Cibao – Constanza al Ing. José Delio Guzmán, su amigo desde chiquito) y a sus familiares; el presidente Joaquín Balaguer (1966-1978) asignaba grado a grado las construcciones de carreteras a su amigo “Bebecito” Martínez, construcción de viviendas al Ing. Ramón Pérez Martínez (la México, Villa Juana), favoreció a determinados importadores y a sus generales con exoneraciones y concesiones de tierras (IAD, Sec. de Agricultura, CEA), concesiones mineras, Etc.; el presidente Antonio Guzmán (1978-82) favoreció a familiares, amigos y compañeros con obras de construcción, exenciones, Etc. (ver Álbum de la Corrupción del PLD-Bosch 1981); el presidente Dr. Salvador Jorge Blanco (1982-86) concedió contratas de obras públicas a ciertos compañeros del PRD, autorizó compras supuestamente sobrevaluadas a través de las Fuerza Armadas (Mayor Gral. Manuel A. Cuervo Gómez), algunos de sus funcionarios supuestamente malversaron fondos, desfalcaron el erario público, Etc., según la denuncia del Dr. Vincho Castillo, y fueron sometidos a la justicia (en el gobierno del Dr. Balaguer de 1986-90) y condenado por el Juez Juan María Severino a 20 años de prisión, en el llamado juicio del siglo; el presidente Leonel Fernández (1996-2000) concedió contratas especiales al Ing. Félix Bautista, Supervisor de Obras del Estado y fondos especiales “para el Programa Mínimo de Empleos” (Caso PEME), por lo que fueron sometidos durante el posterior gobierno del Ing. Hipólito Mejía, pero fueron descargados en la justicia, declarados inocentes; el presidente Hipólito Mejía (2000-2004) modificó la Constitución a su antojo, cerró el Baninter (porque tenía problemas personales con Ramoncito Báez Figueroa, aunque este banco tenía problemas de encaje legal y otros ilícitos…), no obstante, luego, los casos de otros bancos no se solucionaron así, por ejemplo: Banco Mercantil, el Banco de Nene Ureña y Bancrédito, de los Pellerano.
Además, durante el gobierno de Hipólito Mejía, supuestamente, algunos funcionarios fijaban la tasa del dólar a su conveniencia, y, también, se produjo el escándalo Plan Renove, con la asignación grado a grado de un estimado de mil millones de pesos para la “deschatarrización del transporte público”, importando vehículos a través del empresario israelí Ben Goodson… éste, varios sindicalistas y funcionarios fueron sometidos y luego descargados en la justicia.
Los presidentes Leonel Fernández y Danilo Medina han sabido manejar las licitaciones públicas (legalmente, en los papeles) que es lo que se requiere, hasta prueba en contrario, pero sus poderes omnipotentes los han llevado a modificar la Constitución y cada día se parecen más a los históricos adversarios: el presidente Juan Isidro Jimenes el presidente Horacio Vásquez, este último favoreció a su amigo Desiderio Arias con la administración del Ferrocarril para beneficiar a sus seguidores y asignó contratos de obras públicas a sus funcionarios y amigos, incluyendo al General Trujillo, su amiguito, “su hijo postizo”, en su último gobierno…
Por eso, Julito Hazim dice que el poder político en República Dominicana es omnipotente: 1- Porque un presidente – a diferencia de países desarrollados como Estados Unidos, Inglaterra, China, Etc., que respetan las leyes y las reglas del juego de las economías internas – le ordena al Director de Aduanas que permita la entrada de 20 furgones de ajo, aunque en ese momento esté prohibido por el Ministerio de Agricultura; 2- Un presidente le autoriza a los Ministros de Educación, de Obras, Etc., que les compren una flotilla de camionetas y jeepetas a un amigo Concesionario de vehículos (Hazim: “Barletta de la Santo Domingo Motors, es sólo un ejemplo”) que cooperó en su campaña electoral; 3- Un presidente pone a su concubina a ganar 300 mil pesos en el Ministerio que le da la gana; 4- Un presidente le ordena al Ministro de Obras Públicas que “le compre a los Vicini, a través del Ing. Diandino Peña, una máquina perforadora de túneles para el Metro y este mismo suplidor, dueño de los terrenos donde está instalada la planta Punta Catalina, se le ocurre que también quiere comprar esta planta”… (Hazim).
El autor es politólogo y escritor…
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