José Henríquez
Noam Chomski dijo: » cuando la política permea la economía, afecta su desarrollo». Además, se refirió a lo pernicioso que es la manipulación mediática ejercida en el sistema capitalista (permeado) por el stablishment… y yo digo:
Cuando la política permea las comunicaciones y/o a los comunicadores, neutraliza, retranca o afecta su desarrollo y sesga las informaciones, cuyo derecho es inalienable de la ciudadanía. Cuando los comunicadores se convierten en simples apologistas mediáticos de los líderes políticos, pierden su independencia de criterios y su credibilidad a lo largo del tiempo. Pero los problemas económicos de los comunicadores, en su mayoría, los inducen a emplearse en los equipos de comunicaciones de los funcionarios, congresistas y con los políticos de oposición, con bajos ingresos y otros por publicidad, cuyos precios están por debajo de los estándares justos (a nivel nacional e internacional), pero compensan los bajos niveles de vida de los periodistas y comunicadores; aunque hay una élite (Dueños de medios y comunicadores) que reciben lujosas sumas de dinero ( Y en todos los gobiernos)…
Para ser comunicador independiente hay que aprender a vivir una vida honesta, decente, aprendiendo a » vivir con poco (si es necesario) porque » la felicidad está dentro tuyo» ( Pepe Mujica), aunque Dios y tu esfuerzo te concedan bienes materiales, la felicidad está en tu conciencia y en tu forma de vida, porque hay millonarios que no son felices, y pobres también….es que vivimos en la «cultura del envase», como dijo Eduardo Galeano: » estamos en plena cultura del envase: el contrato del matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios»…
El eminente Papa Francisco, en su encíclica laudato si, mi signore, se refiere a la » cultura del descarte que vivimos: » que solo valora a los ricos y descarta a los más pobres porque (supuestamente) son inútiles». El valor intrínseco se les da a las cosas materiales, » a la etiqueta, no al contenido»(Galeano).
A esa cultura qué induce a profesionales de todos los sectores, no solo a los comunicadores, a querer » trepar a toda costa, por su origen pequeño burgués, para ascender socialmente, como dijo Carlos Marx y lo amplió el profesor Juan Bosch en su libro Historia de la Pequeña Burguesía en Rep. Dom.; se ha unido a una nueva condición mental o modalidad de comportamiento en Rep. Dom.: la co-dependencia de las «ayudas oficiales» (de las gobernaciones o de congresistas, Etc.), del prebendalismo, los suelditos botellas», también de los políticos de oposición, incluso, las falsas izquierdas, que viven de los ingresos de ONGS que reciben donaciones internacionales (Europa, USAID etc.) y dineros del presupuesto nacional, «sin fines de lucros»; aunque debo aclarar que hay muchas fundaciones serias y transparentes como la que creó el Padre Luis Quinn, cuyos programas cooperativistas y relaciones de producción agrícolas colectivas, centros comunitarios, artesanías, nos han enseñado a que se puede trabajar independiente, con dignidad, con el sector privado y público, pero sin servilismos denigrantes…
Desde el punto de vista sicológico, esa dependencia mental crea un sesgo cognitivo fanático en los comunicadores que los parcializa y los convierte en simples » intelectuales orgánicos del sistema» (como dijo Gramsci), maniatados, de rodillas, que no les permiten » indignarse», como expreso s. Hessel, en su manifiesto » Indignaos». Reitero lo que expreso María Matute (vieja comunista española): » es mejor morir de pies, que morir arrodilladlo».
Los comunicadores de provincia debemos soltar esa dependencia que es mas mental que económica (para lo que cabe) y enfocarnos más en la venta de publicidad comercial, videoclips o crear oficinas publicitarias, centros de internets u otras labores que nos den » libertad financiera¨ (R. Kiyosaki) para tener libertad de opinión y no seguir siendo simples apologistas de los políticos oficiales o de oposición. Debemos crear una conciencia gremialista que dignifique el oficio de los periodistas y comunicadores de nuestras provincias, porque, como le respondió el historiador Américo Lugo al dictador Trujillo, cuando este le inquirió » que debía escribirle su historia» y don Lugo le respondió que él no era historiógrafo de presidentes ni de reyes; entonces, Trujillo le insistió enviándole un cheque en blanco para que le pusiera la cantidad de dinero estimara y Lugo le respondió: mi pluma no tiene precio»…
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