Por Miguel Soto E.
La estrategia que funciona es la práctica, según los estrategas del 98% de los proyectos electorales.
En pleno proceso electoral, recibí el saludo afable de un joven talentoso perteneciente a uno de los proyectos electorales que apoye.
Su saludo entusiasta vino con un concepto procesado por expresiones de estrategas coincidentes en el proyecto pero que de ningún modo lo decían en mi presencia;
… «Ah, usted es Miguel Soto. El teórico».
En ese momento había poco que contestar.
Cuando estoy en una causa en la que como esa creo, no me detengo en excusas o explicaciones.
Digo lo que pienso y defiendo lo que siento, abierto claro a deponer si la realidad me contradice.
Hoy a muchos meses después y luego de 3 victorias bien ganadas y una caída dolorosa, extrapolo aquel saludo y pregunto…
¿Cuáles son las características del dirigente práctico en proceso electoral, partiendo de las experiencias vividas del 2002 en adelante?
Denigrar, acusar sin base creando aura de dudas en los votantes, recibir favores impagables y desacatando la formación ética que hayamos recibido. Engañar, pintar números, apartar con saña y miedo a dirigentes, utilizar a la gente, vender cabezas y chantajear; reunirse con el enemigo y negociar, lamber, comprometer palabras ajenas y diseminar mentiras.
¿Es negativo ser teórico?
La teoría carente de una práctica objetiva sí, pero la teoría como plataforma de una práctica continua y firme en pro de un propósito no.
Ejemplo: la constitución.
Creo en la verdad y la adaptación a la realidad.
La teoría como fundamento en las acciones se convierte en práctica positiva, cuando esa práctica no engaña, pisotea o desampara al ser humano.
Hoy, es momento de elevar las voces que apoyan la teórica Ley de Partidos y Garantías Electorales.
Hoy, es momento de elevar el debate y sacar de circulación la palabra «donación», «colaboración» a las responsabilidades de quienes dirigir la cosa pública por mandato de las mayores.
Hoy, es el momento para creer que es posible la participación política en procesos electorales mediante el planteamiento de ideas (teóricas) que conviertan el procedimiento en un proceso efectivo que nos ayude a cambiar de aptitud.
Hoy es posible, muy posible trabajar por el bien común sin denostar a los demás.
Se lee teórico. Se lee fácil.
Pero su práctica es difícil.
Difícil, no imposible.
¿Es posible?
Sí, claro que es posible; pero depende directamente de cuan defensores de proyectos seamos y no de un bien particular o endiosamiento de gente imperfecta.
Hoy es momento de asegurarse de la plataforma teórica hacia la que vamos.
Es momento de que el congreso nacional debata por horas y se disienta hasta la saciedad para encontrar el punto en el que todos estemos identificados con el sentir de cualquier Ley nueva que se desprenda.
Es momento de que el poder ejecutivo, básicamente los funcionarios medios valoren ser servidores públicos capaces de actuar como tal y poner al Presidente claro de las ideas que hay que ejecutar sin miedo a perder funciones.
Es momento de que la Suprema tome la teoría legal que tenemos en la constitución y la aplique.
Es hora de que las instituciones apliquen la teoría en su espíritu y garanticen una mejor vida posible a la ciudadanía de la República Dominicana.
Dios permita que los próximos procesos electorales tengan actores prácticos respetando el espíritu de las leyes y asumiendo el compromiso de asimilar el procedimiento al que nos lleva la teoría en busca de un cambio de conducta y por tanto al bienestar material y espiritual de quienes habitamos el planeta.
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