José Henríquez
Veamos una cronología de las traiciones políticas de los presidentes y/o principales líderes que se alternaron en la presidencia desde la fundación de la República Dominicana el 27 de Febrero de 1844.
Este comportamiento inmoral en algunos casos y, en otros, ilegal (en casos de golpes de estado) ha estado asociado o ha sido generado por la corrupción, por la ambición de poder o por el caudillismo intransigente (´´El Perfecto Idiota Latinoamericano´´), en algunos casos. Parecería que corrupción y traición vienen de la mano en la idiosincrasia política dominicana.
Veamos una secuencia histórica de las traiciones:
Diferentes grupos políticos participaron en la guerra por la Independencia Nacional el 27 de febrero de 1844, entre ellos: los afrancesados, encabezados por Tomás Bobadilla; los españolistas, encabezados por Pedro Santana y Los Trinitarios, encabezados por Juan Pablo Duarte, quien se convirtió en el principal líder popular en la guerra independentista contra los invasores haitianos. Inmediatamente se constituyó el gobierno dominicano, presidido por una Junta Central Gubernativa, pero a la vez empezaron los conflictos de intereses y las mezquindades megalómanas de los líderes políticos dominicanos. Así empezó la historia de las traiciones:
Tomás Bobadilla y Pedro Santana (aliados) traicionaron al Presidente Francisco del Rosario Sánchez (Trinitario) y al patricio (máximo líder de los Trinitarios), desterrándolos y/o asesinando algunos. Luego Pedro Santana traiciono a Tomás Bobadilla (“La eminencia gris”), incluso apresó a un hermano de éste (José María Bobadilla, sacerdote).
Por otra parte, Manuel Jimenes, patriota independentista, miembro de la Junta Central Gubernativa, (1844) traicionó a Pedro Santana, convirtiéndose en presidente de la república (1847). Este también traicionó a Duarte, pero, siendo presidente (M. Jimenes) le pidió al patricio (que estaba exiliado) que retornara a Santo Domingo: Duarte no quiso volver.
Pedro Santana le dio un golpe de estado al presidente Manuel Jimenes el 29 de mayo de 1849, convirtiéndose en «jefe supremo». Un año más tarde, Santana llevó como candidato a la presidencia a Buenaventura Báez, quien resultó ganador. A Buenaventura Báez le gustó tanto la miel del poder que se convirtió en el más radical adversario de su viejo amigo Pedro Santana. Así empezó ese pleito eterno entre esos dos grandes caudillos de ese siglo. Pero Pedro Santana murió primero y Báez quedó predominando el espectro político por muchos años posteriores.
Como el “que a hiero mata a hierro muere”: Buenaventura Báez, “el caudillo del Sur” (1868-1874, gobierno de los 6 años) quien traicionó al general Gregorio Luperón (Héroe de la Restauración) y al general José Cabral, entre otros, fue, a la vez, traicionado por el general Ignacio Ma. González, gobernador de Puerto Plata durante dicho gobierno, y por el general Memé Cáceres, quienes conquistaron el poder apoyados por el Partido Azul (de Cabral y Luperón) que conformaron el llamado Movimiento Verde. El general Memé Cáceres y el general Ignacio Ma. González formó un “Biunvirato” que doró pocos meses porque el general González expulsó del gobierno al general Cáceres, quedándose solo con el trono presidencial. En cambio, Luperón y Cabral, líderes del Partido Azul, acusaron de corrupto y traidor al general Ignacio Ma. González porque resultó ser de la misma calaña que su antecesor B. Báez.
Ulises Francisco Espaillat (honesto y de ideas progresistas), ganó las elecciones (1873), apoyado por los azules, pero duró pocos meses siendo presidente, los corruptos y conservadores lo sacaron del poder. Posteriormente, entraron al escenario político, como principales líderes: Ulises Heureaux, Juan Isidro Jimenes, Horacio Vásquez, Carlos Morales Languasco, Ramón Cáceres, entre otros.
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