Por: Milka Hernández
La República Dominicana se caracteriza por ser un país que lo tiene todo, y en ese sentido la gastronomía se ha ido posicionando como uno de sus fuertes. Más allá del suculento sancocho, de la bandera o del exquisito mangú, cada región aporta algo especial, platos que por sí solos constituyen la excusa perfecta para volver una y otra vez.
Y en este sentido, es el sur en el que la fusión entre lo prehispánico, la colonia y los esclavos que se radicaron en la isla hacen su mejor puesta de gala. Desde San Cristóbal hasta Pedernales sin olvidar un rincón, cada lugar tiene su propio sabor.
San Cristóbal
La cuna de la Constitución, como solemos llamar a esa provincia, continúa deleitándonos con platos ancestrales como los llamados “Roquetes de Güayiga” una raíz similar a la yuca pero con un sabor peculiar que se deleita como picadera entre lo que el hacha va y viene. Los “Pasteles en Hoja” de doña Chichita, legado de esa gran dama que hoy ya no está con nosotros pero que su familia cuida con esmero los truquitos que ella le ponía para que se fijaran en nuestra mente como uno de los mejores pasteles en hoja del país. Las “Catibias rellenas de Lambí o Cangrejo” de Palenque, estas con su sabor a mar son por sí solas un motivo para ir a San Cristóbal. Además tenemos sus pescados fritos, su forma peculiar de cocinar los locrios, la bandera, los domplines con “Pica Pica”, y sus dulces como el de turrón, el de coco tierno… ¡En San Cristóbal se come bueno!
Peravia
En Bani, municipio cabecera de esta provincia, se puede presumir, y es que siendo la capital mundial del mango los amantes de esa fruta solo podemos inclinarnos ante ella. En sus múltiples variedades el mango de estas tierras sirve no solo como fruta comestible, si no para jugos, cocteles, comidas saladas y dulces; pero no se queda ahí pues en Quija Quieta, Cañafistol, nos encontramos con una de las plazas de maíz más suculentas del país, allí podemos disfrutar de arepas dulces y saladas cocinadas con maíz tierno, majarete, chacal, arepitas fritas, pudin de pan, pan de batata, bollitos de maíz y una amplia variedad de dulces y otras frituras que acompañadas de una refrescante agüita de coco se convierten en la debilidad para quienes gustamos del sabor de ese nutritivo cereal.
En el interior de la provincia, los fogones apuestan a la esencia del campo y dan a la comida criolla un toque especial, la misma bandera y el mismo sancocho que en otras partes se hacen pero aquí cocinadas como un arte que les hace únicas, como el pescado que se come en su línea costera, desde Villa Fundación hasta Don Gregorio.
Entrar o salir de Baní amerita una parada en sus dulcerías en donde el coco tierno es el rey acompañado de su corte de dulces de leche, higos rellenos, bolitas de piña, maní molido, maní entero, raspadura, entre otros. En la actualidad estas tierras también están cosechando un delicioso café, con mucho aroma y cuerpo.
San José de Ocoa
La provincia más nueva del país, es la cuna de manjares dulces y salados que hacen de ella un lugar de referencia siempre que de manjares se hable. Ya es habitual que por su cercanía con la capital muchos se desplacen hasta allí para probar sus pimientos rellenos, las canoas de plátano maduro rellenas de carne, su chivo guisado o mejor aún para los vegetarianos el delicioso sándwich de aguacate con miel aliñado con un chorrito de naranja agria, arepa de maíz verde, entre otras delicias.
La papa ocoeña por años fue distinguida por su sabor y consistencia y aunque ya solo se encuentra en hogares en los que se sigue cocinando como lo hacía la abuela, el locrio de papa ocoeña sin lugar a dudas se corona para quienes lo hemos degustado como el rey de sus platos, otros platos con papa de origen ocoeño son las papas guisadas, pastelón de papas, papas con carnes y papa al horno.
Ya para picar las galletas y el pan ocoeños, su café de Rancho Arriba y por supuesto sus dulces tan peculiares como el de papa, el de higos (rellenos de dulce de leche, en almíbar o simplemente deshidratados), de naranja, cerezas, y es que visitar Ocoa es una dulce tentación.
Azua
Tierra de batallas y valientes que también se sienten en su cocina con las bolas de yuca, yaniqueques, moros, pescado con coco, el bobote, el cocido de pata de vaca, el chambre, el chen chen con chivo guisado, son solo algunos de los platos que se pueden degustar en esta parte de la región sur de la isla. El Frío frío y Morir Soñando son sus bebidas emblemáticas; mientras que las habas con dulce, el pan de batata, conserva de tomate y el chacá esos dulces de ayer, de hoy y de siempre que deleitan el paladar de los visitantes a este hermoso lugar.
Independencia
La provincia Independencia está llena de encantos y es su gastronomía uno muy peculiar, una muestra de esto es el Moro de Yon Yon, cocinado con un tipo de hongo típico de la zona, el mangú de leche humedecido con leche de coco, la tilapia con coco, el locrio de jaibas, el gualimón, un pastel de harina de maíz y coco envuelto en hoja de plátano, chenchen con chivo, moro de gandules con coco, el “mataperros” compuesto por maíz tierno, verduras y varias carnes, casabe (En Burén), queso blanco artesanal y arepa con sal, todos sus platos muestran la esencia de una tierra en el que cada corriente étnica que por allí pasó dejó.
Barahona
La Perla del Sur que no solo enamora por su impresionante zona costera, también enamora con su exquisita cocina. Viejaca de agua dulce con coco, pescado guisado con coco, pescado frito, lambí guisado, camarones en cualquiera de sus formas, moro de guandules con coco, arepitas de yuca y maíz, tostones de plátano y guineos verdes. La delicia de sus dulces de coco y leche acompañados en ocasiones de piña, dulce de almendras y el pan de batata con coco horneado. Mientras que sus bebidas te hacen revivir nuestra historia con cada sorbo del guarapo de caña, el mabí de bejuco de indio, Jagua y Cacheo.
Pedernales
Por último y no menos importante en esta ruta gastronómica de la Región Sur, una de las provincias con los amaneceres más hermosos que produce envidia hasta al mismo mar, mar que le provee los productos fresquesitos para preparar su sabrosa comida como es el caso del pescado frito, mariscos (camarón, langosta, lambí, pulpo y cangrejo) en todas sus formas y el arroz blanco con pescado guisado en coco. En la parte dulce deleita con el jalao, conconete y frutas en almibar.
La autora es experta en Marketing Turístico
Articulo orinal publicado en la revista larimarmagazine.net
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