Por: Guido Ciprián
Recientemente reaccioné con alegría y orgullo a través de las redes sociales ante un hecho histórico (el hit 3,000 de Alberto Pujols) lo que junto a sus más de 600 jonrones y su promedio de bateo sobre 300 puntos y muy cerca de las 2,000 carreras empujadas, lo deja como un seguro futuro inmortal del Salón de la Fama.
Ante este hecho recibí muchos “likes” o “me gusta” y entre ellos algunos comentarios, pero fue en especial el de mi tío-amigo Manuel Guerrero que me motivó a dar un punto de vista que responda la interrogante de muchos a quienes he tenido que responder sobre el particular.
Manuel me dijo con relación a mi emoción por la hazaña de Albert Pujols “De acuerdo con su comentario Guido Ciprián Sánchez. No lo había pensado, pero debemos agregarle algo, con su permiso, pues entiendo su pasión por ese deporte. No todos le devuelven en obras a su país por lo que son. Y algunos no dan el mejor ejemplo, familiar incluso. NO SIENDO ESTE EL CASO”.
Hay que destacar que la respuesta de mi allegado fue por mi comentario de que hechos como los de este pelotero (Albert Pujols) me representan y me enorgullecen como dominicano por encima de todos los políticos de la actualidad.
Mi respuesta
Es cierto que hay precedentes de que algunos peloteros se han visto envueltos en episodios lamentables: violencia de género, tiroteos, escándalos de drogas para mejorar el rendimiento y otros casos menores, pero pueden contarse con las manos esos episodios a sabiendas de que ya pasan de 700 los que han desfilado con su talento por el Béisbol de Grandes Ligas.
Muchos dirán que quien llega tan lejos le corresponde retribuir lo logrado, pero vamos a preguntar ¿a quién hay que retribuir?
Más del 95% de nuestros peloteros profesionales no son siquiera bachilleres, que nunca pasaron ni pasan por programas de educación física referida a béisbol porque no existe ni ha existido una conexión de las escuelas con los estadios de los pueblos en el país.
En su mayoría los peloteros han llegado por el esfuerzo propio, familiar o particular y no por una política de Estado, como en Cuba, donde el gobierno se ocupa de formar a la juventud en béisbol y los demás deportes.
Sacando todas las respuestas me he dado cuenta de que si de algo me he sentido orgulloso y sin parpadeos en mi país, es de los peloteros porque han llenado de alegría, trabajo, han construido estadios, escuelas, centros de salud y un sinnúmero de obras en sus comunidades, y esto sale de sus salarios y no de la administración del erario, lo que los convierte en verdaderos filántropos.
Los peloteros cubanos por ejemplo son fruto de un programa de Estado que los prepara de manera física, educativa y les provee de alimentos, cuidado de su salud y útiles para su desarrollo, en cambio los nuestros en República Dominicana son desarrollados sobre la base de particulares y posterior preparación de los equipos de MLB y sus salarios son de esa empresa y no de los impuestos de las personas.
Facilidades
Es cierto que reciben la facilidad del Estado para entrar al país sus vehículos de lujo y hasta furgones de ayudas para los dominicanos, pero es lo menos que puede hacer un Estado que en todos sus gobiernos ha necesitado de la cooperación de terceros para darle migajas a un pueblo que no cuenta con la solución a problemas elementales de educación, salud, alimentación, agua potable, electricidad, práctica deportiva, entre otras.
Creo que la única deuda que tienen es con el calor y los aplausos que cada persona le profesa y entiendo que es la único que los hace sentirse en deuda, a sabiendas de que las personas ya reciben en sus actuaciones lo que buscan cuando pagan por verlos en un estadio o en un sistema de cable por televisión.
Como periodista me tomo el espacio para defender el respeto que como deportistas y en la mayoría de los casos como personas se han sabido ganar en el fanático que llevo dentro.
Pedro Martínez, Vladimir Guerrero, Adrian Beltré, David Ortiz, Moisés Alou y muchos de sus familias, han brindado más y mejores ejemplos al país que toda la clase política actual junta.
Comentarios...