Por Nóbel Mejía.-San José de Ocoa
En días pasados afirmé en un grupo de WhatsApp que República Dominicana tiene altas posibilidades de beneficiarse de la “nueva hermandad” con la China Continental, siempre y cuando utilice la “azotea”.
La representante permanente de la Oficina de Desarrollo Comercial de la República Popular China en el país y, posiblemente, la primera embajadora, Fu Xinrong, está dando las pautas claras y hay que coger la señal.
¿Qué necesitamos? -estabilidad política, buen clima de inversión, culturización en matería china (conocer su cultura e idioma) y adaptar la oferta turística. La funcionaria asiática dice que los turistas chinos internacionales sobrepasan los 100 millones y, por ende, un poquito de esa magna cifra es capaz de rebasar la meta y capacidad dominicana. Fu Xinrong recomienda que se establezca una verdadera oferta gastronómica china en el país porque, al parecer, lo que tenemos es comida dominicana convertida en china y los turistas chinos procuran su comida doquiera se movilizan. La creación de nuevas plazas comerciales y ofertas pensadas para ese gran núcleo humano serán vitales a la hora de atraer a los viajeros.
En cuanto al idioma, la diplomática dice que el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec) soporta un programa de estudio del mandarín y la cultura china (Instituto Confucio de China). De igual forma, adelantó que se hará acuerdos con colegios a los fines de procurar algo en esa dirección.
Fu Xinrong dijo que el país recibirá beneficios a corto, mediano y largo plazo en el comercio, infraestructura, turismo, deporte, educación, cultura, energía, alta tecnología, entre otras áreas. Ojo: ese puede ser un buen cuento chino, sobre todo si no sabemos colocarnos a la altura de la demanda.
De manera que, si bien hay que celebrar, el reto que tiene nuestra república de mentalidad batatera y bananera no es paja de coco. El asunto tiene que ir más allá de traer entrenadores deportivos chinos y escalar los turistas desde Panamá. De hecho, el turismo no necesariamente crea grandes riquezas, la empleomanía a gran escala y la industrialización de la economía es la clave para dar el gran salto. Asunto último que, dicho sea de paso, no fuimos capaces de lograr a lo largo de 7 décadas de hermandad con la poderosa Taiwán.
China está a muchos años luz de República Dominicana, excepto su extraño y explicable bajo ingreso per cápita. El uso correcto de la “azotea” para conquistar cosas de alto impacto colectivo marcará la diferencia.
Comentarios...