BBC Mundo
Para una compañía cuyo lema es «Don’t be evil» (algo así como no seas malo) involucrarse en un proyecto que puede ayudar al Pentágono a mejorar la precisión de sus ataques militares con drones puede suponer todo un dilema.
Esa, en parte, es la razón por la cual unos 3.100 empleados de Google han firmado una carta abierta para pedir a su director ejecutivo, Sundar Pichai, que ponga fin a la participación de la empresa en el llamado Proyecto Maven.
«Creemos que Google no debería participar en el negocio de la guerra. Por ello, pedimos que se cancele el Proyecto Maven y que Google escriba, haga pública y ponga en vigor una política clara que establezca que ni Google ni sus contratistas construirán jamás tecnología de uso bélico», señalan los firmantes en el texto.
Entre quienes respaldan el documento se encuentran «decenas de ingenieros jefes», según el diario estadounidense The New York Times, que apunta que los empleados ya habían manifestado anteriormente su malestar con la alta gerencia de la compañía, que tiene unos 88.000 empleados alrededor del mundo.
En el texto expresan su temor a que la participación de la empresa en este proyecto del Pentágono pueda «dañar de forma irreparable» la marca, pues la compañía estaba poniendo en riesgo la confianza de los usuarios así como ignorando su responsabilidad moral y ética.
«Los valores de Google lo dejan claro: cada uno de nuestros usuarios está confiando en nosotros. Nunca hay que poner eso en peligro. Jamás. Este contrato pone en riesgo la reputación de Google y se ubica en dirección opuesta a nuestros valores principales. Construir esta tecnología para ayudar al gobierno de Estados Unidos en la vigilancia militar -y con resultados potencialmente letales- no es aceptable», agregan.
Pero, ¿en qué consiste y cuál es la verdadera implicación de Google en el Proyecto Maven?
¿No letal?
En marzo, en respuesta a un reportaje de investigación realizado por el sitio en internet Gizmodo, Google confirmó que estaba permitiendo al Pentágono usar algunas de sus tecnologías en un proyecto militar.
Según esa publicación, el Proyecto Maven se inició el año pasado como un programa piloto para tratar de encontrar formas de acelerar la aplicación militar de la tecnología más reciente en el campo de la inteligencia artificial.
Parte de sus objetivos iniciales serían ayudar a procesar de forma eficiente las grabaciones de video que diariamente recolectan los drones utilizados por las fuerzas militares estadounidenses, detectando vehículos y otros objetos, haciendo seguimiento de sus movimientos y proveyendo los resultados de su análisis al Departamento de Defensa.
Al respecto, un portavoz del gigante tecnológico dijo a la BBC: «Maven es un proyecto bien conocido del Departamento de Defensa y Google trabaja en una parte del mismo, que específicamente tiene fines no ofensivos y que utiliza un software de reconocimiento de código abierto disponible para cualquier cliente de Google Cloud».
«Los modelos se basan únicamente en el uso de información no clasificada. La tecnología se usa para marcar imágenes para que sean revisadas por seres humanos y cuya finalidad es salvar vidas y evitar que las personas tengan que hacer un trabajo altamente tedioso», agregó.
En respuesta a las preocupaciones de los empleados, la responsable de negocios en la nube de Google, Diane Greene, dijo que la tecnología en la que trabajan no sería usada para activar armas ni para volar drones.
Ante lo cual, los firmantes de la carta advirtieron que «la tecnología está siendo construida para los militares y, una vez que esté en sus manos, podría con facilidad ser usada para estos fines».
Google reconoció que es natural que «cualquier uso militar» de la inteligencia artificial cause preocupaciones válidas y anunció que trabaja en el desarrollo de políticas sobre el uso de sus tecnologías de inteligencia artificial.
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