Por Francisco Luciano
Desde que inició su gestión el actual Ministro de Educación se puso en marcha un taimado plan para debilitar las organizaciones que aglutinan a los maestros y maestras del país, en lo que identificamos como una yunta entre sectores políticos y empresariales que ven en la unidad de los maestros y su prestigio social el principal obstáculo para la implementar sus planes.
Es así como se procedió al ataque frontal con la cooperativa de los maestros, a la que se acusó veladamente de ser responsable de la baja calidad en la educación dominicana, no porque presta mucho y financia la solución de los problemas materiales a los docentes, sino porque les descuenta via nómina y conforme a la ley sus compromisos.
Se llegó tan lejos en ese camino que el Ministro de Educación usurpó de manera impune la labor de Congreso Nacional al autoproclamarse regulador del uso de los sueldos del magisterio. Otros en un ejercicio de manipulación llegaron a comparar los ingresos de la Coopnama con los de varios Ministerios, buscando colocar en el imaginario de la población la falsa idea que dicha institución maneja fondos públicos.
Luego se montó el teatro de los “supuestos” tres mil maestros que cobraban sin trabajar y presentando a los maestros como asaltantes de caminos con capacidad para robarse los recursos del erario y como charlatanes, vagos, botellas y más lindezas. Después se admitió sin cobertura que todo se trató una farsa manipuladora con el propósito de crear sensacionalismo al tiempo que se continuaba afianzando la campana de descredito contra el magisterio.
Ahora se monta una campana mediática que anuncia la realización de “concursos” para llenar las plazas de 18 directores regionales y 122 directores de distritos educativos, obviando o interpretando de manera antojadiza lo establecido el Estatuto Docente y el Reglamento de Escalafón. El carácter democrático y participativo que invoca la participación de los maestros por vía de su gremio la Asociación Dominicana de Profesores, ADP, ha quedado herido con la acción desaprensiva que, al margen de los argumentos del gremio, ha designado a los 18 directores regionales.
Como se puede apreciar cada acción contra los maestros se despliega en grandes titulares y con una avasallante legión de comunicadores y medios que al manejar los mismos argumentos contra la figura del maestro frente a la sociedad busca reducirlos y aislarlos de manera deliberada.
La “preocupación” del grupo de educa, empresarios y comerciantes inversionistas de los cuales ninguno tiene a sus hijos en las escuelas públicas, a diferencia de los maestros y maestras, retrata de cuerpo entero la trama que busca, con su apoyo al Ministro, continuar engulléndose el presupuesto de educación por vía del gran negocio que para ellos significa suplir la demanda de bienes y servicios que requiere el sistema.
La peregrina acusación de los señores de Educa indicando al sector magisterial como el más beneficiado con el 4%, es una cortina de humo que confunde la labor del maestro y su rol en la educación, pues mientras a ellos “la calidad de la educación” les engrosa las fortunas, a los maestros apenas les mantiene la vida, luego de décadas de olvido cargando sobre sus hombros con las irresponsabilidades políticas.
Con el 4% los señores de Educa hacen negocios, los maestros forjan conciencia y esa es la diferencia interpretativa que tienen unos y otros en relación a los derechos adquiridos de quienes sirven al sistema educativo y quienes se sirven de él.
Las incomprensiones de algunos sectores de la ADP, que por contracciones tácticas en la búsqueda de mejorar su posicionamiento a lo interno del gremio, se han puesto al servicio del Ministro y Educa, tiene que ser vista como una oportunidad del liderazgo magisterial para aumentar la vigilancia de clase y dedicar mayores esfuerzos a mejorar sus mecanismos de comunicación con sus dirigidos de manera que sea la propia fuerza organizada de la ADP y su contacto con 2.2 millones de alumnos y por via de estos con los 3.8 Millones de padres y tutores a los fines de hacerles comprender como sus reclamos benefician la calidad de la educación, pues garantizan la necesaria armonía del sistema.
Los maestros dominicanos no han alcanzado ninguna de sus conquistas laborales y salariales al margen de la lucha y han tenido que resistir con una templanza de acero las más diversas amenazas y calumnias, pero nunca se habían enfrentado a una acción tan bien organizada y determinada en su contra.
Ojala y tengan todos claro que los Ministros pasan y la ADP se queda y que en cualquier caso es la unidad del magisterio entorno a la ADP, el gobierno podria encontrar a ochenta mil dominicanos para desempeñar la función de Ministro, pero no a ochenta mil con las competencias para desempeñarse como maestros.
El autor es docente universitario y dirigente del PTD.
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