Por Miguel Soto E.
Pasión.
Está mi sol en tu cielo, con poder y fuerzas para seguir trazando caminos de locura.
Voy recordando la gloria de tus primaveras, al tiempo que derrochó esperanzas de marfil que busca oro; que ha perdido su esplendor.
Sigo esperando con desvelos tus difíciles baños de plata.
Y todo… Todo a quedado en aquel bosque de árboles ardientes y rechinantes de lujuria.
Cánticos esparcidos por todo nuestro cuerpo.
Y, prometo que con fuerzas venceré;
Venceré las espinas estrechas y las garras feroces,
El vino que nuestras copas han derramado.
Los tomare y apaciguaré la sed del castillo…
El mismo que un día se desplomó y se hundió en sus hermosos deseos; entonces el sol fulminará de alegría tu cuerpo plateado mientras aprieto tu piel ardiente, provocadora de toda mi Libertad…
Piel…
No creí que mi barca zozobrara en tu navegado mar.
Que de mis entrañas arrancarías las más cadenciosas de mis cimientes y, sembrara en tu jardín el más bello de mis rosales.
Pensé en un manantial de claras aguas y, aunque peñascos he encontrado siento en mi piel la pared del cielo con sólo imaginarme;
-Tú en el trono de mi corazón.
Tus palabras seducen mi palpitar, pero no al estruendoroso azote que dejó sin verte más allá de tu desnudes.
Te añoro aun cuando eres,
El cielo sin sol.
… Mi barca sin mar.
Espinas…
Las piedras del desierto corta le queda a los labios secos de mis lloradas espinas.
Los muros encarcelan la cimiente que espera sombrear la mañana hermosa.
Las caricias inestables, no sacian la locura de causes en persecución mutua;
Labios desperados, cuyo camino se hace ceniza en el transcurrir de la noche.
… Mientras las nubes ciegas, son el estorbo de caminos pasados…
Continuara… (1994).
Comentarios...