Escrito Por: Neury Tejeda
En medio de las discusiones en el Congreso sobre una reforma fiscal que afecta a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad, nos encontramos con un panorama desalentador en nuestra provincia. Mientras los representantes locales, miembros del partido de gobierno, levantan sus manos para apoyar estas reformas, pocos parecen alzar la voz para enfrentar una crisis aún más inmediata: la devastadora serie de apagones que afectan a nuestros pequeños comerciantes.
Estos emprendedores, el corazón de nuestra economía local, se enfrentan a la ruina. No solo tienen que lidiar con la falta constante de electricidad, que paraliza sus actividades, sino que además son golpeados por las altas tarifas de un servicio que, aunque caro, resulta ineficiente y de baja calidad. ¿Quién levantará su mano para defender a estos ciudadanos que, día a día, luchan por mantener a flote sus negocios?
El gobierno debe escuchar a quienes los eligieron. No podemos seguir priorizando los intereses de los partidos políticos sobre las necesidades reales de la población. Es hora de que las autoridades piensen en las pequeñas empresas que sostienen nuestra economía y que, por la falta de un servicio esencial, están siendo llevadas a la quiebra. Es una injusticia pagar tanto por un servicio que no recibimos, y nuestros representantes tienen la responsabilidad de exigir una solución.
Seamos sensatos y pensemos más en el pueblo que nos eligió. La crisis energética es un problema que debe resolverse urgentemente antes de que nuestros comerciantes pierdan todo lo que han construido. La voz del pueblo debe ser escuchada.
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