Cabral nació un 21 de febrero de 1910 en la provincia de San José de Ocoa, Se gradúa de agrimensor y de doctor en derecho. Desde muy joven tenía inquietudes políticas y revolucionarias con cierta tendencia al comunismo. Ángel se atrevió a ofrecer discursos en contra de la tiranía en momentos de terror cuando el pueblo sufría callado. Su objetivo era liberar al pueblo dominicano del yugo dictador.
Ángel Severo Cabral fue un destacado dominicano que resalta la historia nacional, tanto por sus ideales patrióticos como por su rol político y en contra de la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo, esta es su historia.
Severo Cabral también tuvo un importante rol como educador, en momentos en que la educación era algo de sólo privilegiados en el país. Las cooperativas agrícolas son una iniciativa de él, así como la formación del primer instituto cooperativo dominicano.
Se desempeñó como embajador dominicano en Israel. Antes de esto ocupó posiciones como secretario de Estado de Agricultura y secretario de Estado de interior y policía. Cargos que obtuvo tras la muerte del tirano. Fue reclutado para la conjura por Juan Tomás Díaz, quien conocía de sus inquietudes y oposición al régimen. Su canal de contacto con Juan Tomas era Manuel de Ovín Filpo. Severo Cabral tenía el encargo de recibir las armas que prometió entregar la embajada de Estados Unidos, que en efecto recibió semanas antes del tiranicidio y entregó a Antonio de la Maza Vásquez.
En adición debía transmitir una proclama a través de una emisora de radio llamando a la población a las rebelión, para lo cual contaba con un grupo de personas que no estuvieron disponibles la noche del 30 de mayo.
Ángel Severo Cabral no murió en el fragor del combate, atacando una posición rival o repeliendo una emboscada, durante la guerra civil que en 1965 estalló en nuestro país. En realidad, cuando él desaparece de la faz de la tierra el 16 de octubre de 1965, las armas se habían callado ya. Las partes involucradas en el litigio habían llegado a una solución negociada del conflicto. Tampoco fue una bala extraviada la que llegó a segar su vida en aquel año tormentoso. No, él fue asesinado indefenso y a quemarropa por un disparo lanzado adrede en contra suya.
Murió delante de su esposa y sus dos hijas el día que los cuatro regresaban a su casa, en la calle Padre Billini, entre Palo Hincado y Espaillat, sector Ciudad Nueva. Herido por una turba fanatizada, iba a ser trasladado a un hospital cuando, ya en la ambulancia, alguien se le acercó y le disparó el tiro de gracia.
Fue así como un eufórico gatillero se tomó el derecho y la autoridad moral de juzgar, sentenciar y ejecutar, a un reputado abogado, antitrujillista de siempre y héroe del 30 de mayo. Una calle del sector Julieta, fue nombrada en su honor. Murió a la edad de 55 años.
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