Por:Francisco Casado
SAN JOSE DE OCOA.- La mecanografía, también conocida como taquigrafía, es una habilidad valiosa y cada vez más relevante en el mundo moderno. A medida que la tecnología avanza y la comunicación digital se hace omnipresente, la capacidad de escribir rápido y sin errores es más importante que nunca.
La mecanografía es el acto de escribir a máquina o en un teclado, generalmente utilizando diez dedos y una técnica específica. Aunque hay diferentes métodos de mecanografía, el más común y ampliamente utilizado es el método llamado “el aprendizaje del tacto”. Este método implica colocar los dedos en una posición estable y utilizar la memoria muscular para escribir sin mirar el teclado.
Para aquellos que están acostumbrados a escribir con dos dedos o simplemente buscan mejorar su velocidad y precisión, aprender mecanografía puede ser un desafío emocionante. No solo te permite escribir más rápido, sino que también reduce la fatiga y el estrés en las manos y los dedos. Además, la mecanografía precisa es esencial en el mundo laboral, donde la eficiencia y la precisión son clave.
En San José de Ocoa, para la década de 1970, ya existían varios institutos que enseñaban a «escribir a máquina», jóvenes que buscaban un diploma de «Dactilógrafo», que agrupaba la labor de mecanógrafo y archivista.
El Instituto Comercial Ana Teresa, estuvo ubicado en la calle Las Carreras, casi esquina Altagracia, justo al lado de la casa de Eddy Peña. Por allí pasaron miles de jóvenes aprendiendo este oficio.
«Recuerdo el Santa Ana y el San Luis Gonzaga en los cuales a principios de la década del 80 estudié mecanografía. El Santa Ana estaba instalado en la calle 30 de abril casi esquina Altagracia, sector Pueblo Abajo». Nos explica el distinguido abogado, comunicador y político Danilo Ortiz.
Tambien el San Luis Gonzaga
En la calle 16 de Agosto, antes de llegar al Correo, existió por muchos años el Instituto San Luis Gonzaga, propiedad de Ramón Troncoso y su esposa Nona, donde se destacaron muchos jóvenes de la época, que luchaban por ser el más veloz en la escritura a máquina.
«Yo salí del San Luis Gonzaga con el título: dactilografo mimeografista». nos relata el amigo José Manuel González.
«Nos cortaban las uñas y no se podia mirar el teclado». Dice Theanys Pérez. Estos centros tambièn existieron en los municipios de Sabana Larga y Rancho Arriba. En sabana Larga se recuerda el Instituto de Aliro Castillo.
«Yo fui profesora de mecanografía y archivo, es hermoso saber que tiene que poner al alumno derecho sin mirar las teclas hasta que tomen buena velocidad». Nos cuenta Haydee Castillo.
Si bien hoy en día escribir en un teclado puede ser algo común y casi automático para muchos, la mecanografía no siempre ha estado presente en nuestras vidas. Los orígenes de esta habilidad se remontan al siglo XIX, cuando la creciente necesidad de una forma más efectiva de producción de textos escritos llegó a su punto de inflexión.
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