El desarrollo sólo se logra con trabajo, educación, cooperación, solidaridad, apoyos, recursos y la unidad de los integrantes de la comunidad ocoeña. De ahí la urgencia de elaborar un plan que recoja las demandas de la gente y de respuestas a las diversas problemáticas que presenta la provincia de San José de Ocoa.
República Dominicana ha ido cambiando aceleradamente, movida por el desarrollo científico-técnico de los últimos años, especialmente en el sector servicio, con énfasis en las telecomunicaciones, y la provincia de San José de Ocoa, no es ni puede ser la excepción. A pesar de las debilidades institucionales, falta de oportunidades, precariedades y el perturbador desempleo; así como los rezagos económicos y la creciente desigualdad, la gente lucha por superarse y realizar sus grandes sueños.
San José de Ocoa, enclavada en la Cordillera Central, era puesto militar desde el 1854 perteneciente a la provincia de Santo Domingo adscrita a la común cabecera de Baní, según lo establecido en la Ley 355 sobre Administración Provincial votada por el Congreso Nacional el 5 de septiembre de ese año de acuerdo a la división territorial contemplada en la Constitución de 1844, que establecía en 5 provincias la división político-administrativa del país. Los puestos militares fueron creados estratégicamente para garantizar la seguridad e integridad del territorio nacional.
El 28 de diciembre de 1858 se crea la común de San José de Ocoa mediante Ley 567 durante el gobierno de Pedro Santana. El 2 de diciembre del mismo año es inaugurado formalmente el municipio, pero el ayuntamiento comienza a funcionar en 1866. En 1895 fue transferido a la provincia de Azua. Cuando se creó la provincia Peravia en 1944, pasó a ser municipio de esta. Tras largo recorrido, llega el momento de hacerse adulta y convertirse en provincia.
El municipio de San José de Ocoa es elevado a la categoría de provincia mediante Ley No. 66-00, con una superficie 853.4 km². Hasta entonces había sido un municipio de la provincia Peravia. Previamente se habían creado Distritos Municipales en Rancho Arriba y Sabana Larga, que luego pasaron a ser municipios. Tiene como capital al municipio del mismo nombre, integrado por los Distritos Municipales de El Pinar, El Naranjal-Parra, La Ciénaga y Nizao-Las Auyamas. Existen demarcaciones menores, especialmente en comunidades rurales denominadas secciones y parajes.
La Ley 345-22, Orgánica de Regiones Únicas de Planificación de República Dominicana ubica a la provincia de San José de Ocoa en la Región Valdesia conjuntamente con las provincias de Peravia y San Cristóbal. Dicha norma y sus complemento establece la creación de Consejos de Desarrollo, que van desde lo nacional hasta lo municipal, pasando por lo regional y provincial. Esas instancias deben ser espacios de articulación, diseño, planificación, evaluación y monitoreo de los planes de desarrollo que se requieren.
La evolución geopolítica de la provincia continúa avanzando al ritmo del crecimiento poblacional, los adelantos tecnológicos, el empuje de su gente y el afianzamiento cultural. El desarrollo sólo se logra con trabajo, tesón, educación, cooperación, solidaridad y la unidad de los integrantes de la comunidad ocoeña. De ahí la urgencia de elaborar un plan que recoja las demandas de su gente y de respuestas a las diversas problemáticas. Planificar y organizar las intervenciones estratégicas es determinante si se apuesta a soluciones duraderas y sostenibles.
Según datos del X Censo Nacional de Población y Vivienda, la provincia de San José de Ocoa tiene una población de 69,081 habitantes, de los cuales 37,242 son hombres y 31,839 mujeres. Es evidente que el dato está muy por debajo de la población real, dado que para el próximo certamen electoral hay 55, 312 electores habilitados para ejercer el derecho al voto. Dado el esquema de distribución presupuestaria, esa falla en la información censal afecta la asignación de recursos a la provincia.
Un impulso importante para los anhelos de la comunidad ocoeña es la declaratoria de San José de Ocoa como Provincia Ecoturística, mediante la Ley No. 151-04, de fecha 5 de abril del 2004, creando así la posibilidad del establecimiento de un plan integral de desarrollo ecoturístico que permita el diseño e implantación de un Plan Estratégico que garantice la participación de la ciudadanía tanto en los beneficios de esta actividad como en la protección de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente.
Poco a poco, se ha ido conformando un tejido institucional, tanto de nivel local como en las sectoriales del gobierno central que, aunque con sus debilidades, sirve de soporte al desarrollo provincial. Aunque faltan esfuerzos, recursos y articulación en los planes, proyectos, programas y políticas; hay capacidad y disposición para emprender, motorizado por la producción agropecuaria, el ecoturismo y el comercio.
La emigración campo-ciudad ha hecho estragos en comunidades rurales, aunque se observa un fenómeno donde descendientes de segunda y tercera generación han ido adquiriendo terrenos de sus ancestros y realizan inversiones significativas. Faltan apoyos, asesoría, planificación y recursos; pero sobra voluntad y vocación.
Al margen de los avances que se evidencian en algunas áreas, San José de Ocoa necesita con urgencia, recomponer su entramado institucional para enfrentar el deterioro progresivo de los recursos naturales, la contaminación ambiental, superar el desempleo, combatir la delincuencia; así como evitar el abandono del campo, mejorar la baja calidad de los servicios, garantizar la seguridad ciudadana, detener la degradación moral y cívica, afianzar institucionalidad y fortalecer el capital social.
Existen grandes escollos por superar, mención especial para la protección del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales que está siendo impactado por las prácticas de agricultura intensiva. En menos de 40 años, esas preciadas fuentes de riquezas y belleza natural han sido degradadas a su mínima expresión. Tanto las causas como los causantes son conocidos.
En términos medioambientales, preocupa la falta de políticas de protección a los afluentes que nutren esos ríos. Ser indiferentes, ante esta triste realidad y ver como desaparecen las aguas nos hace cómplices de este crimen atroz. Basta mirar los cauces ruinosos de los ríos Ocoa y Nizao con sus afluentes para tener una muestra de la magnitud del reto en materia medioambiental que tiene la provincia.
Impulsada por el trabajo de gente trabajadora y hospitalaria con gran amor por su patria chica, San José de Ocoa avanza. La diáspora ocoeña, tanto interna como externa, hace grandes aportes en remesas e inversiones directas, lo que contribuye a dinamizar la economía de la provincia y apuntalar el desarrollo. La base económica tradicional basada en la producción de café, maní, ganado, papas y hortalizas hemos pasado al cultivo bajo ambientes controlados (invernadero), una modalidad altamente rentable pero inalcanzable para los pequeños y medianos productores.
Los esfuerzos del liderazgo político, social, religioso, económico, empresarial, comercial, deportivo y cultural deben ser proporcionales a los desafíos que enfrenta la provincia. Esos esfuerzos, sumado a recursos y capacidades deben orientarse a diseñar e implantar políticas públicas que garanticen los derechos fundamentales y promuevan el desarrollo integral. Superar rezagos implica esfuerzos coordinados, articulación sectorial y un compromiso sustentado en la participación activa de la gente en los espacios de toma de decisiones.
Los avances que se aprecian en materia tecnológica, urbanística, infraestructura, transporte o telecomunicaciones no compensan las expectativas de gente que aspira a vivir en un mundo donde justicia social, solidaridad y cooperación sean reglas, no excepciones. Hay que superar escollos y replantear las perspectivas de cara a las exigencias de la sociedad de la información y el conocimiento.
Las circunstancias exigen superar muchas debilidades, incluyendo analfabetismo cívico y político, el clientelismo, el prebendalismo y el paternalismo para imponerse a los retos y desafíos que exigen las circunstancias, así como para instaurar una cultura política basada en respeto a la dignidad de la gente y que potencie las capacidades creativas de la comunidad ocoeña, tanto dentro como fuera de la provincia.
Los esfuerzos realizados por los gobiernos son insuficientes para superar los problemas de marginalidad, desigualdad y exclusión social que caracterizó a la sociedad dominicana de finales de Siglo XX. Claro, el pueblo no es el mismo de antes, y tiene amplias oportunidades de afianzarse como potencia ecoturística y agroproductiva. Lógicamente, eso depende de la capacidad de su gente para asumir los retos e imponerse a los desafíos del Siglo XXI.
La producción agropecuaria de San José de Ocoa es diversa. En las zonas rurales hay plantaciones de aguacate, café, vegetales, maíz, víveres, guandules; se cría animales domésticos, se produce miel y allí vive mucha gente. La agricultura de invernaderos es importante, pero igual lo es la de cielo abierto. Las autoridades nacionales y locales deben prestar atención, apoyos, asesoría y financiamiento.
Es tiempo de repensar las estrategias, aprovechando las bases instituciones de los Consejos de Desarrollo para superar los males anteriormente descritos. ¿Cómo enfrentarlos?. Esa debe ser la prioridad, tanto de las autoridades como del resto del liderazgo. No hay espacio para excusas y no actuar; tampoco para indiferencia ni politiquería barata.
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