Por Miguel Soto E.
El animal electoral está venciendo por mucho al hombre político. El acondicionamiento de una Ley de Partidos, (innecesaria si se cumplieran las existentes y fuésemos éticamente dignos) demuestra que somos una sociedad condicionada a las migajas que caen de la mesa de la clase dominante y los beneficios ser ser modo Lambe sobre el talento ciudadano.
Los cabeza de Partidos se resisten a someterse al escrutinio interno, no es que renuncien o que no deben ser siendo lideres, pero han preferido los acuerdos internos que las votaciones cada 2, 3 o 4 años cono forma de revalidar liderazgos o ver el nacimiento de nuevos talentos en el accionar de la administración pública, así mismo va ocurriendo con las boletas. No se crea la boleta de las voluntades internas de los partidos si no la voluntad de quienes dominan supuestamente las mayorías de los partidos. El monstruo electoral en que nos volvemos nos tiene en asiento de primera fila observando como 182 diputados y 32 senadores representan a 4 hombres y no a los habitantes que representan, y el amor existente entre dominantes y dominados hace que veamos el vivieron felices para siempre.
El sistema de partidos corre riesgo de colapsar. Es asunto de que la clase legislativa valore cual es su papel histórico. Los intereses de los «supuestos» líderes nacionales no importan en este momento; aqui nos estamos jugando la conservación de estamentos democráticos y la sostenibilidad económica en transparencia de nuestro Estado. La República Dominicana tiene hombre inteligentes, que se han arrodillado ante el anillo (ver o leer El Señor de los Anillos) y se han desconectado del valor de la política que representa el uso del poder como mecanismo de bienestar general. Siempre me amparo en El Contrato Social, porque creo que los mecanismos de degradación para quienes no cumplen con los propósitos para los que fue elegido.
Los procesos electorales tienen que ser procesos de debate, de promoción democrática y valor ético; Como se logra? Capitalizando la población de conocimientos no solo de letras y números, si no de derechos y deberes que le asisten. Que el Servicio es la primera característica de quien gobierna y que el poder del gobierno quien lo deposita es el Voto popular. Considero la Ley de Partidos y de Garantías Electorales como una vergüenza para la clase política desde el punto de vista de que si se necesita una ley para hacer lo correcto, que es lo que le reclamamos a nuestros hijos e hijas, a nuestros estudiantes y jóvenes en general? Pienso sin embargo, que en medio del atolladero en que nos encontramos, la Ley de Partidos se hace obligatoriamente necesaria si queremos que esta democracia se conserve y el sistema de partidos no colapse dando paso a un vacío que traiga consigo un desorden institucional.
El animal político esta dominando con zinc, la funda en fotografía, la creación de necesidades y la muela de que tenemos que hacer grupo para poder conseguir algo. Creo y espero defender desde la tribuna política a que pertenezco, impulsar los mejores valores en que el poder político sea devuelto a las mayorías como garantía de los derechos de las minorías.
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