Toda mujer que espera es un universo nuevo a punto de confabulación entre la luz y el verbo.
Estuvieron mucho tiempo en la parada de autobús, él con varios bultos y un asiento de niño cargado con varios fundas llenas. Daba cortos pasos alrededor de ella como tratando de alguna manera de protegerla de una lluvia que pertinaz y fría mojaba la mañana.
Ella, con una mochila a sus espaldas, llevando en su vientre, un sueño camino a la esperanza, lucía agotada y perpleja, con ojos de preocupación miraba sin ver, cruzar la vida cabizbaja a su lado.
Llega el autobús 7, lo abordan y él solicito permite que ella se acomode, le quita la mochila, la mira y le pregunta: estas bien? Luego, desparramándose en el asiento a su lado descansa llevando su cabeza a la vereda mullida de sus carnes. Ella, con ternura infinita lo acaricia, quitándole con el cansancio, el ardor del miedo a un mañana que parece desconocer la promesa del amor y sus caminos.
Asdrovel
Lowell Massachussets
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