Sin mucha sorpresa,
Pero asombrado de que tomara tanto tiempo, veo a pontífices de nuevo cuño llevar el becerro de la expiación para redimir la santidad impoluta de una nación a la deriva.
Creen y pretenden hacer creer, que la vorágine de decadencia y descontrol se origina en un programa o varios programas de una plataforma que de alguna manera llegó al gusto de dominicanos que en la orilla contemplaban los entuertos que detrás de cortinas suntuosas eran, como son, el plato diario de una élite que maneja a su gusto la vía de un cascarón que hace agua en mares procelosos.
Ahora resulta y viene a ser, que todos los males tienen origen nombre y apellido. Qué hay un malo de película culpable de la decadencia moral, política, social y económica y que eliminados sus programas entrará la sociedad toda en una especie de redención y pronto volverán, como las viejas golondrinas, gente buena y educada a oír la tremenda corte, reír a carcajadas de las ocurrencias de tres patines y, cuando deseen, volverán a Rodriguito y el suceso de hoy, como a las novelas radiales cubanas.
( Los cinco leones del Cumajon)
Todos felices como lombrices y se irá acomodando la basura debajo de las alfombras de vetustas habitaciones en desuso .
Así irá olvidando la población los robos de políticos de turno en los últimos sesenta años, que pobres de miseria se hicieron millonarios sin consecuencia ninguna y que hoy ostentan sus recursos (?) como una bofetada a la cara de la pobreza..
Se olvidaran las mañas execrables de diputados y senadores que llegaron hacer leyes a la medida de sus deseos y de su gula y del tamaño de su ignorancia.
De militares y policías que con peajes conocidos desde los balcones del poder, cobran el pago de Caronte sin pasar por el estigia.
De jugadores y dueños de bancas, que someten a la dádiva del oscurantismo a un pueblo sin luz de justicia y sin norte, apostando su miseria a una suerte escondida en los bolsillos de sus verdugos.
A jueces y fiscales que como Buenos sastres venden sentencias a la medida, acomodando leyes y llevando a la justicia al círculo final de los infiernos.
A profesores y maestros que olvidaron la responsabilidad con el futuro convirtiéndose en peones del juego que políticos, llevan desde la sombra.
A una iglesia pescadora de ríos revueltos, pegada lapa al relumbrón del oro y que olvidó hace tiempo lo de: “ Con la varas que midas serás medido”.
Si, volverá Alix sin sorpresa, a repetir muerto de risa: “ Dice don Martín Garata persona de alto rango que le gusta mucho el mango porque es una fruta grata. Pero treparse en la mata y verse en los cogollitos en aprietos infinitos. Como eso es tan peligroso el encuentra más sabroso coger los mangos bajitos”.
No es Santiago, que viene ahora de tonto útil aceptar una culpa que NO es, y le abrirá el paso algún benefactor que espera en la sombra, como suele suceder, llegar como el chapulín y recoger el santo y la limosna para adormecer… ¡Más aún! Una sociedad en estado agónico acogotada por los magos de la mentira.
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