Cuenta una escritora alemana, de la cual no recuerdo su nombre, que: Una vez un hombre se dispuso a bañarse en una playa de Brasil, éste no sabía nadar, pero pensando que la playa no era tan profunda entró enseguida a la zona de la orilla; De inmediato se percató de su error, cuando sus pies no encontraban fondo y a mucho esfuerzo sacaba las manos del agua para que algún transeúnte se percatara de que ¡se estaba ahogando!
Cuenta la historia: muchos de los que pasaban por allí lo saludaban, pues pensaban que el movimiento circular que el náufrago hacía era el gesto de un simple saludos. Muchos se reían a carcajadas del intento, según ellos, que hacía el hombre por saludar. Sin embargo, la realidad era otra, aquel hombre ¡se estaba ahogando! Aunque las señales de auxilio parecieran un simple gesto de saludo.
Aquel hombre, pese a sus esfuerzos pidiendo ayuda, terminó ahogado a la vista de personas para quienes sus pedidos de auxilio le parecían un simple chiste o un mero acto de cortesía.
Hoy en día abundan los hombres y mujeres como aquel náufrago. Estoy convencido de que muchas personas en redes sociales a diario piden auxilio de su depresión, vacío existencial o desesperación. ¡Muchos son los que batallan con el suicidio! frente a una sociedad indolente que interpreta estos gritos de auxilio como leves gestos de cortesía. Las redes sociales son la evidencia de la gran batalla que está viviendo el ser humano, con el pretexto de que » tengo que aparentar bienestar” muchos descuidan su salud mental y tristemente terminan suicidados o víctimas de la depresión.
Hoy quiero decirte que ¡no estás solo! Dios y muchos estamos mirando tus gritos de auxilio y queremos ayudarte. La vida no está perdida cuando se puede dialogar ¡nada hay en esta vida que no tenga solución! ¡Dios siempre está para ti!
Confío en que: seremos más conscientes de las personas que nos rodean, confío en que esta sociedad empezará a observar ciertos patrones de conducta con miras ayudar, más no a criticar. Hay muchas personas que, como aquel hombre, piden auxilio porque la playa de la vida los está ahogando. Seamos esa mano que en vez de saludarles le extiende ayuda.
Termino este pequeño pensamiento entre líneas con la frase que empezó » Muchos no están saludando, se están ahogando «. ¡Vamos a echarles una mano !.
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