La información fue dada por el vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira, quien dijo que en el lugar de los hechos se hallaron herramientas como seguetas, cuchillos y martillos; las cuales se presumen fueron utilizadas para consumar el crimen.
Todavía se desconocen los motivos que pudieron desencadenar la tragedia; no obstante, las autoridades dicen que en las próximas horas el acusado será presentado ante la justicia para que se le conozca medida de coerción.
El cadáver de Jesús María Cuevas fue hallado anoche dentro de un tanque color azul en una residencia ubicada en el kilómetro 7 de la carretera Sánchez, Distrito Nacional.
«Jesusito«, como lo nombran su hermano Carlos Ariel Cuevas y sus amigos cercanos, tenía 30 años. Oriundo de Ocoa y graduado en derecho por la Universidad Autónoma Santo Domingo. Era descrito por su familiar como una persona amable, afable y colaborativa. Razones por la cual sus familiares y amigos dudaron de inmediato que la depresión tuviera relación con su desaparición el pasado 6 de octubre.
Jesús Cuevas vivía junto a otro hermano en el residencial José Contreras de Santo Domingo. Fue ese hermano que, al notar que era tarde y el no llegaba esa noche, alertó a la familia y a las autoridades.
En su lugar de trabajo, una empresa de bienes raíces en la que laboraba desde hace 4 años, no entendían por qué, al día 7, Jesús no había llegado, siendo una persona muy puntual y responsable, como lo describían. Mientras tanto, su madre, Xiomara Peña Castillo, y su hermano, Ariel Cuevas, con el apoyo de otros familiares y amigos de Jesús activaron una intensa búsqueda.
Durante días registraron todas las cámaras de seguridad de los lugares por donde pudo haber pasado. Pasados los días, esa búsqueda se trasladó a lugares menos alentadores: hospitales y morgues.
Pero no perdían la esperanza. Le pedían a todos los amigos de Jesusito que no dejaran de compartir su foto. Recordaban que a Jesús se le vio por última vez alrededor de las 6:30 de la tarde en las afueras del Multicentro La Sirena, ubicada en la avenida Winston Churchill. Tiempo después de que una compañera de labores lo dejara allí como es de costumbre.
El 27 de octubre, organizaciones de San José de Ocoa realizaban una parada cívica donde pidieron a las autoridades competentes una respuesta sobre la desaparición de Jesús. «Queremos respuesta de las autoridades, que aparezca Jesús» se leía en los carteles que portaban representantes de renovación cristiana, iglesia católica, pastoral juvenil. Asimismo, juntas de vecinos, representantes de los derechos humanos, entre otras que participaron. Nadie esperaba el doloroso final.
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