Por: Silvia Van der Linde
El último domingo de julio, Día de los Padres, en nuestro país, República Dominicana, emprendimos un paseo familiar, dirigiéndonos al este del municipio cabecera de la provincia de San José de Ocoa. Nos enrumbamos por la carretera Antonio Duverge que comunica con Sabana Larga. Al llegar al cruce de El Naranjal doblamos a la derecha llegando hasta la entrada de la Ciénaga, donde tomamos el ramal derecho o carretera de la presa. Empezamos a subir para ir encontrándonos con las diversas comunidades donde se experimenta con fuerza el desarrollo del turismo de montaña en la provincia, La Vereda, Tatón, Santana, Derrumbado, La Laguna, Palo de Caja, entre otras. Siendo esta última nuestro destino principal, en esta oportunidad.
Palo de Caja, a unos 40 minutos despacio, aproximadamente, del centro de Ocoa, es una de las poblaciones más próxima al lago de la presa de Jigüey, una comunidad pintoresca, cubierta de flores y unas vistas espectaculares. Donde se puede comprar pescado fresco recién capturado. De aquí, los de espíritu aventurero pueden bajar al Arroyo Jigüey, reconocido por sus aguas frías, cristalinas y hermoso paisaje circundante. Para esto se ha de contar con un vehículo alto de doble tracción, motocicleta, bicicleta de montaña, four wheel, buggie, animal de tiro, caballo, mulo o piernas de senderista para hacer el trayecto caminando. Del Arroyo se parte a un precioso balneario “Dos Aguas”, lugar ideal para sesiones de fotos, según Charlee Melchor Soto, los que están en buena forma física, pueden hacer el recorrido, que toma 45 minutos, aproximadamente, caminando por un sendero y se ha de cruzar el río varias veces. Hay otro camino para acceder al lugar, que según me informan, es más corto y de más fácil acceso, partiendo del muro de la presa. Es conveniente hacerse acompañar de un guía.
Teníamos la intención de conocer la manufactura de raspadura de los señores Ramón María Báez y Victoria María Arias, en Palo de Caja, el proceso mediante el cual se elabora la misma, desde el cultivo de la caña hasta la conformación de las torticas. Conocedora de que la Fundación Sabores Dominicanos que preside nuestro dilecto amigo Bolívar Troncoso Morales, MSc. Ejecutó, junto a otras instituciones, un proyecto denominado “Salvaguarda de la Gastronomía Dominicana” y San José de Ocoa tuvo el privilegio de estar incluida, en la primera fase, cuyos resultados se entregaron en el 2018, El desenlace fue el siguiente “Luego de conversar con varias personas, leer numerosos artículos el grupo ha concluido que los platos que podrían identificarse como autóctonos de la provincia de San José de Ocoa son: • Arepa de maíz tierno • Sancocho de Habichuelas Verdes (frescas) • Dulce de Higo • Buñuelos de Ñame • Dulce de Papas • Raspadura de Caña” De aquí nuestro interés de conocer las instalaciones y operación de la modesta factoría de raspadura, en Palo de Caja.Principio del formulario
“Lo que comemos, dónde lo comemos, cuándo lo comemos, cómo lo cocinamos, dónde lo cocinamos y con quién lo compartimos son acciones que están determinadas directamente por la cultura y hacen parte de la formación de la identidad y del sentido de pertenencia de un individuo hacia un grupo, lugar o región. Es parte de la riqueza cultural de un pueblo y por ende hace parte de su patrimonio cultural inmaterial. Las tradiciones gastronómicas al igual que otras prácticas, de carácter inmaterial, están vivas, en constante movimiento e influenciadas por factores exógenos, lo que trae como consecuencia que estas costumbres, tradiciones y saberes se pueden ir perdiendo en su paso de generación en generación.
Esta pérdida hace que sea necesario tomar medidas para perpetuar su uso y sensibilizar a la gente para que se apropie de este”
Pasamos un rato en el establecimiento, compartiendo con la familia, disfrutando de la vista, aprendiendo como se prepara la raspadura, se corta la caña de azúcar, se pela, se extrae el guarapo en el machaque, se coloca en un caldero a hervir en un fogón de leña y luego que se evapora el líquido y refresca, se forman las tortitas. En la comunidad cafetalera, desde sus orígenes, probablemente en las postrimerías del SXIX, se fabrica raspadura para endulzar la bebida aromática y los jugos de frutas naturales.
Concluido nuestro encuentro con la familia Báez Arias seguimos avanzando en dirección este, llegando hasta Los Cacaos de San Cristóbal. No sin antes detenernos en el embalse de la presa Jigüey a contemplar la majestuosidad del lago y tomarnos las fotos del recuerdo. Los Cacaos es un pueblecito bucólico, donde pareciera haberse detenido el tiempo. Nunca olvidaré la colorida estampa del mercado que se celebra diferentes días de la semana, martes, viernes y domingo, en diversos puntos, Santana, el baden, camino a Calderón y Nizaito, camino a la Presa de Aguacate, donde los productores llevan sus mercancías a lomo de mulo. La información sobre días y lugares ofrecida por un residente en Los Cacaos, primo de Mario Mejía Duvergé. Gracias a tantos colaboradores que hacen posible la elaboración de mis escritos sobre valores naturales y socioculturales de nuestra provincia.
Ya anocheciendo, luego de recorrer las intrincadas calles del pueblo, regresamos a Ocoa. Lo ideal es salir más temprano y retornar por Cambita, San Cristóbal, en un recorrido muy atractivo a lo largo del cual se puede disfrutar de las montañas y el verde de la campiña, entre otros recursos. ¡Anímese a transitar la ruta! La carretera, en la actualidad, está en excelente condiciones a lo largo de todo el trayecto, ¡aproveche!
Email: silviavanderlinde3@gmail.com
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