Si alguien tenía esperanza de que el gobierno de Luis Abinader iba a poner empeño en recuperar la agropecuaria nacional, ya puede despertar de ese sueño porque nada de eso está en la agenda real, sino que se sirven anuncios como simple entretenimiento virtual.
Hace exactamente una semana, el Ministerio de Agricultura emitió una resolución que crea el programa SiembraRD, que había anunciado el 16 de mayo pasado el presidente Abinader, con el objetivo de incentivar la producción agropecuaria en todo el territorio nacional.
Lo que se conoce públicamente de la resolución 2022-18 emitida muy discretamente por el ministro Límber Cruz el día 3 de este mes, es tan elocuente que no deja lugar a dudas de que el gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) no quiere, no desea y no hará nada para recuperar la agropecuaria nacional.
En primer lugar, la resolución destruye el organigrama del Ministerio de Agricultura al anular en los hechos el Viceministerio de Producción Agrícola y Mercadeo, al que legalmente corresponde promover la producción nacional. Por el contrario, el programa se crea bajo la dependencia directa del ministro y será conducido por un nuevo empleado; el señor Leonardo Faña.
Aunque los viceministros son nombrados por decreto del Poder Ejecutivo, en esta etapa de gobierno “transparente e institucional”, tenemos a un director designado por el ministro Cruz, revestido de poder para subordinar a los viceministerios, directores departamentales, regionales agropecuarias y todas las dependencias especializadas del Ministerio de Agricultura, que también nombra el presidente Abinader.
Todo concentrado
Todas las atribuciones que corresponden al Viceministerio de Producción Agrícola y Mercadeo quedan en manos del programa SiembraRD que dirige el exdirector del Instituto Agrario Dominicano (IAD), Leonardo Faña, anteriormente destituido por el mismo presidente Abinader.
El nuevo programa se encargará de la “implementación, prevención y fiscalización de las actividades productivas a nivel nacional” para “fomentar la producción de alimentos, propios de la canasta básica nacional”.
También coordinará “con las ocho Direcciones Regionales Agropecuarias la aplicación de los planes de trabajo” y gestionará “el financiamiento necesario a través de este Ministerio”, ante cualquier institución del sector agropecuario, para el desarrollo del programa.
Y como es natural, reportarle al ministro Cruz, sus logros y realizaciones.
A esa resolución solo le faltó otorgarle al programa SiembraRD y a su director Faña, plenos poderes para negociar con organismos privados nacionales, bilaterales y multilaterales internacionales, préstamos y facilidades, “para hacer su trabajo”.
Con ese adefesio de programa es que el gobierno de los importadores que quiebran a los productores nacionales, piensa hacerle frente a la debacle alimentaria que se cierne sobre el país porque los granos, grasas y combustibles escasean y se encarecen en todo el mundo, y aquí hunden la producción y se burlan de la gente que empujan a la pobreza extrema.
He dicho que no creo en palabras, si no en hechos. En la televisión no se siembra y en las redes sociales no se cosecha.
Ahora los hechos muestran que no hay interés en producir en el campo dominicano, si no en seguir importando alimentos y quebrando a los productores.
Lo que correspondía
Si el gobierno se dispusiera a producir para que el catastrófico año 2023 no hunda al país en la hambruna y la desobediencia social, hubiese puesto a un técnico agropecuario al frente del Ministerio de Agricultura para que sacuda las tierras y las haga producir, para que reintegre los 700 profesionales agropecuarios cancelados y para que reoriente el crédito del Banco Agrícola para la producción y no para las importaciones como están haciendo desde agosto de 2020.
Pero como el objetivo del gobierno no es producir, sino importar, anula el trabajo del Viceministerio de Producción y envía a Faña con “plenos poderes” a dar órdenes a las dependencias de Agricultura, como son: Banco Agrícola, FEDA, Inespre, Patronato Nacional de Ganaderos, Indocafé, Intabaco, Codopesca, Conaleche, Inuva, IAD, Dirección General de Ganadería, Idecoop, Coniaf, entre otras, todas con directores designados por decretos del presidente Abinader.
Si SiembraRD es un programa importante para el país y Faña es un técnico o un gerente competente –lo que yo no sé-, Abinader debió designarlo ministro de Agricultura o cuando menos, viceministro de Producción, para que presente al país su plan de recuperación de la agropecuaria y el gobierno disponga de los fondos para ejecutarlo.
¿Alguien está pensando que con los 500 millones de pesos que anunció Abinader que dará para el fomento de la ganadería y los 1,275 millones de pesos para subsidiar los fertilizantes, aquí habrá alimentos suficientes para los próximos meses?
¿Quién es Faña?
No conozco personalmente al señor Faña, tampoco sus libros, ensayos, artículos, ponencias o películas sobre la agropecuaria, por tanto no puedo ponderarlo y mucho menos calificarlo.
He visto su nombre y fotografía en los periódicos en dos momentos: 1) Cuando era director del IAD despojando a asociaciones de productores de tractores, camiones y otros equipos que les entregó el pasado gobierno y que estaban utilizando para la producción comunitaria; y 2) Envuelto en un proceso judicial por denuncia de chantaje a una ejecutiva del IAD que finalmente desistió, se exilió, un juez de Instrucción lo liberó de cargos y el ministerio público independiente no apeló.
Nada de eso me molesta si Faña viniera institucionalmente con poder para recuperar la agropecuaria, porque si esos temas importaran en este país, el Ministerio de la Mujer, la Procuraduría General de la República y la Dirección de Ética e Integridad Gubernamental, se ocuparían del tema.
Si a ellos no les interesa el proceder público de Faña, a mí mucho menos y comprendo plenamente su forma de proceder.
La vida da muchas vueltas porque Faña era el centro de la crítica a las visitas sorpresa de Danilo Medina al campo porque sustituía el rol del Ministerio de Agricultura, a quien correspondía dinamizar al campo, sin embargo ahora le a él toca hacer lo mismo, y sin siquiera tener un decreto, se le coloca por encima a funcionarios designados por el Presidente.
Receta para comer
Este país no tiene una política, mucho menos una estrategia, para hacer frente al problema mayor que se le viene encima para fin de año y todo el 2023 –que es preludio de elecciones nacionales- y tampoco el gobierno tiene conciencia de la magnitud de su responsabilidad.
Todo el que tenga aunque sea 500 metros cuadrados de tierra debe prepararlos para que siembre los víveres, verduras, granos y frutales que pueda cuidar y cultivar, porque pendiente a los ‘programas’ de recuperación de la agropecuaria del gobierno, o las importaciones, aquí nadie puede asegurar que va a comer en la cantidad suficiente durante el 2023.
El Ministerio de Agricultura, convertido en los hechos en Ministerio de Importaciones Agropecuarias, no hará nada por la agropecuaria dominicana y ya está más que probado que al presidente Abinader y a la cúpula del PRM, tampoco les importa que el país produzca y dependa de lo que se pueda traer del exterior, si aparece, pero sobre todo, muy caro.
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