Por: Silvia Van der Linde
La emblemática plazoleta ,localizada en el Parque Libertad de San José de Ocoa, República Dominicana, honra la memoria del Dr. Erik Leonard Ekman (1883-1931), destacado hombre de ciencias, quien exploró y estudió la flora de nuestro municipio en los meses de febrero y marzo del 1929, descubriendo numerosas especies nuevas para la ciencia, varias de las cuales las bautizó con el nombre de Ocoa, como agradecimiento por las finas atenciones que le dispensaron los ocoeños, especialmente la familia Diaz, durante su estadía en nuestra tierra, lo que expresó en cartas recibidas por ellos con posterioridad, por la grata impresión que sintió por la belleza de nuestras montañas y por la riqueza de nuestros recursos.
Su edificación es un gesto ennoblecedor de las instituciones auspiciadoras, así como el de Ocoa, para mantener viva la memoria de las personalidades que han contribuido de manera destacada y significativa con su proyección y engrandecimiento. La plaza, consta de un busto elaborado por el escultor dominicano Rafael Bautista, quien plasmó en su obra, al Dr. Ekman con sus brazos apoyados sobre la barandilla de un balcón, pensativo, mirando hacia el horizonte, portando sombrero de alas cortas y fumando su característica pipa sueca, su lugar de origen. La foto que sirvió de modelo fue tomada entre febrero y marzo de 1914, un poco antes de su partida hacia El Caribe. En el lateral oeste, se edificó un pedestal en concreto armado, rematado con una plataforma rectangular inclinada, simbolizando un libro abierto, que soporta dos rótulos elaborados en acrílico, uno con los datos biográficos del Dr. Ekman y el otro describe las razones de su visita a San José de Ocoa, en 1929.
En su entorno han sido sembradas varias especies de plantas que fueron descubiertas por Ekman o que fueron bautizadas en su honor, hoy sembraremos tres ejemplares de Jacaranda ekmanii, arbusto endémico amenazado de extinción.
La plazoleta ha sido erigida con los aportes de varias instituciones científicas, académicas, ecológicas, de conservación, educativas y sociales las que aunaron esfuerzos para reconocer a este audaz e intrépido botánico que ofrendó su vida en suelo dominicano en sus afanes por escudriñar los secretos de nuestra naturaleza.
Es uno de los principales componentes de un conjunto de estaciones que conforman la interesante e histórica Ruta Científica-Ecoturística denominada “Tras las huellas del Dr. Erik L. Ekman, un audaz e intrépido botánico”, quien, en 17 años de exploraciones botánicas, desde abril de 1914 al 31 de enero de 1931, escaló las montañas más altas de Cuba, República Dominicana y Haití, determinando sus elevaciones con un nivel de exactitud, admirable para esa época.
Este simbólico espacio, que hoy celebramos su restauración con el patrocinio de La Academia de Ciencias, El Jardín Botánico y Ocoa de Pie, sitúa al Parque Libertad entre las plazas públicas de la República Dominicana con importantes monumentos de interés educativo, artístico, histórico y arquitectónico.
En el mes de febrero del 1929, un escandinavo, hombre de estatura mediana, delgado, tez rojiza, ojos azulados, nariz recta, pelo y bigotes rojizos, se presentó en la casa ubicada en la esquina formada por las calles Mella y Duarte; era la residencia del señor Dionisio Sánchez, munícipe ocoeño con mucha autoridad para esa época. Versión confirmada por Amalia Deyanira Santana Vda. Pimentel de la misma vecindad en su niñez y juventud. El singular personaje portaba una carta del Ministerio de Interior, con la encomienda de que le brindaran todas las facilidades y apoyo durante su estadía en este Municipio.
El emisario era el eminente botánico sueco Dr. Erik Leonard Ekman, quien tenía el propósito de explorar la rica y diversa flora de la Sierra de Ocoa, principalmente las montañas altas como el Tetero de Mejía, Los Palos Mojados, La Horma Arriba, La Nuez, Loma del Rancho y en los alrededores de Los Tramojos.
En su largo peregrinaje por el país, necesitaba determinar las elevaciones exactas de estas montañas para incluir los resultados de sus investigaciones en su libro titulado “En Busca del Monte Tina”, trabajo que publicó como una monografía, en 1929.
El Dr. Ekman necesitaba ayuda y orientación para llevar a cabo esa importante labor científica. Don Dionisio leyó la comunicación, dio alojamiento al distinguido visitante y encargó a su hijo Joaquín Sánchez para que hiciera las diligencias de lugar. El señor Joaquín Sánchez designo a su primo Plinio Sánchez, patriarca de la conocida familia Sánchez Sención de San José de Ocoa, quien para esa época tenía 12 años, con la orden de que lo condujera hasta la casa de campo de Don Leonardo Díaz en el Bejucal. Plinio tenía por encomienda comunicarle al Sr. Díaz, que le ofreciera alojamiento y toda la ayuda que necesitara el científico en sus andanzas por las escarpadas montañas de la Sierra de Ocoa. El Sr. Plinio Sánchez debía esperar al Dr. Ekman y a su regreso dejarlo en la comunidad de El Pinar, bajo la responsabilidad del señor Jesús Díaz, hermano de Leonardo, según me informara Cesar Pujols, para que el explorador continuara su viaje hacia los Tramojos y Padre Las Casas.
Durante los preparativos del viaje a Los Palos Mojados, y El Bejucal en el hoy Distrito Municipal del Pinar, Ekman aprovechó para escalar la cima de la Loma del Rancho, a 1,200 metros de elevación, lugar en el que inició sus colectas botánicas. en el Municipio de Ocoa.
Ya en el Bejucal, recibió las finas atenciones de Don Leonardo Díaz, quien le prestó todo el apoyo para el trabajo botánico, orientándolo cómo llegar a cada lugar. Ekman utilizó la vivienda del señor Díaz como su centro de operaciones, permaneciendo en la zona del 18 de febrero hasta el 27 de marzo del 1929; durante un mes y diez días de trabajos intensos, descubrió numerosas especies de plantas nuevas para la ciencia.
En agradecimiento a Ocoa y a nuestros campos, bautizó varias especies con sus nombres, por ejemplo, un guayuyo exclusivo de esas lomas, lo nombró científicamente, Piper Bejucalanum, en honor al Bejucal, una trepadora la nombró Aristolochia Montana; un arbusto de la familia del café encontrado en los alrededores de La Nuez, lo llamó Guettarda ocoana.Otro de la familia del girasol ,lo bautizo Gundlachia Ocoana; un hermoso helecho, Asplenium Ocoense, una herbácea, Peperomia ocoana; todas honrando a Ocoa.
Estas plantas y muchas otras más representan un banco genético
único en el mundo que nosotros los ocoeños tenemos el deber de conservar.
silviavanderlinde3@gmail.com
Comentarios...