Por Nóbel Mejía.-San José de Ocoa
Las cosas que vemos en República Dominicana son únicas en la bolita del mundo. Aunque algunos afirman que perdimos la capacidad de asombro, a veces es fácil reír entre dientes ante los rejuegos sintácticos del “ilustre” personaje legado por Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes. Así, entre escenas y escenarios, vemos el alegre y loco discurrir de los “pendejos” fabricados y de fábrica.
¿Cómo es posible semejante descontrol de Estado? -con razón o sin ella, pretendo saber la razón por la cual un distinguido amigo refiere al Ministerio de Educación como “un elefante blanco”. Será que nos estamos volviendo locos y, para colmo, creemos estar cuerdos.
Si el bloqueo “sospechoso” es resultado de un levantamiento de información ejecutado por el MINERD, concluimos en que no se hizo con rigor científico; los que ofrecieron la información ocultaron y/o manipularon datos o, quizás, el doctor Anamú fue revivido para la ocasión.
En toda película hay buenos y malos, según papeles. Ahora resulta que, según dictaminó el director, los malos son cientos de servidores que echaron dientes en la “jodienda”. ¿Mezcla de mansos y cimarrones? -es posible. Si hay gente en el sistema cobrando desde la comodidad de un asiento local, desde USA y otros rincones del planeta, ¿quién los entró?, ¿por qué el MINERD pasó esos expedientes?.
Quisiera echar un OÑOC pero no es mi estilo, y es que la irresponsabilidad no puede ser mayor. ¿Quién no “sospecha” que hay privilegiados en el sistema? -gente que, según se dice, nunca pasó por los concursos de oposición, ni siquiera por asomo. ¿Quién no sospecha que hay políticos que hacen recomendaciones de botellas y galones? -son aceptadas como la palabra de un mesías…y mucho cuidado, ruedan cabezas en los altos niveles del entramado.
No dudamos que la lista contenga cimarrones. Nos llama a preocupación el asunto de los mansos. Cual chivo espiatorio de un sistema irresponsable y corrupto, la ADP luce estar siendo embestida por el elefante blanco.
Si bien es cierto que se creó un “pendejo e infantíl” mecanismo de justificación, los mansos nunca debieron ponerse a merced de tal humillación. El hombre de trabajo era el más respetado e intocable en los días del TIRANO. El MINERD tiene mil y una formas para saber el estatus de cada empleado, sobre todo porque las motivaciones, los expedientes, los cheques y las firmas se manejan en los altos mandos. ¿Por qué mezclar a unos y otros?; ¿cómo no sabe el MINERD si una persona pasó o no por concurso o por los filtros para otros cargos no docentes?
En un país que se respete, todas las autoridades al frente de los centros y distritos educativos donde se detectó personal que no justifica deberían estar en el paredón. Sí, porque las botellas caminan al amparo de estos. Desde luego, poniendo aparte los casos de gente infiltrada directamente en las altas instancias, entiéndase que nunca pasaron por el patio. Los políticos que hicieron tales amarres también deberían ser expuestos.
La ADP se ha parado en dos patas y, tarde o temprano, no dudamos se laven trapos. Cuesta que les paguen los chelitos antes de la fecha ultimátum. Sí, porque se supone que ese gremio sabe cosas vetadas para el colectivo fuera del sistema. Lo correcto es que se exija separar el trigo de la paja.
Anote esto con tinta china no falsificada: el guión está bien escrito, después de todo este escarceo, dudo veamos cientos de cabezas rodando. No parece existir voluntad o seriedad en el asunto. La película es para despistar una realidad, trátese de hacerle creer a los sempiternos espectadores que se hace justicia en lo que todos sabemos o suponemos ocurre. Sabe Dios que tin marín de dos pingüé se hizo ante las posibles sorpresas del levantamiento.
Yo pregunto: si se hizo un levantamiento responsable, ¿quién bloqueo a gente de trabajo?; y si el bloqueo es fruto de error, ¿por qué enmendar con humillación de las víctimas?; ¿quién echó esta gente al medio?; y ahora, ¿cómo confiar en un ministerio que no tiene control de lo que tiene entre manos?; ¿cómo creerle a una agencia estatal que camina por papelitos?; ¿el ministerio no cuenta con mecanismos y profesionales que, toda vez se denuncie posibilidad de error, se detengan procedimientos y se revise?
Sigo preguntando: si en el batido de excrementos se detecta gente que no puede justificar, por demás adjudicados a centros y distritos educativos, ¿qué pasará con las autoridades que no tuvieron la responsabilidad de reportar a esos intrusos?; ¿sabremos quienes hicieron tales recomendaciones?
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