El Poder Ejecutivo emitió el viernes pasado el Decreto 558-2, que dispone el reglamento para la aplicación de la Ley 340-19, que establece el régimen de incentivo y fomento del Mecenazgo Cultural en el país. Mediante esta ley, los trabajadores culturales de la República Dominicana contarán con un nuevo instrumento legal de incentivo a sus actividades, con la asignación del 2.5 por ciento deducible de lo que paga el sector privado en impuestos. Es decir, se están creando las bases para un impulso sin precedentes a la Economía Naranja.
¿De donde viene la palabra mecenazgo?
Cayo Cilnio Mecenas fue un noble romano, consejero de Cesar Augusto e importante impulsor de las artes. Este se dedicó a proteger e impulsar a jóvenes talentosos, para desarrollarse en el área. En él se inspiran la palabra mecenazgo y el término mecenas, cuando nos referimos a quienes patrocinan, de forma desinteresada a artistas talentosos. La existencia de un mecenas permite que los artistas se dediquen de manera exclusiva a desarrollar sus talentos, sin las distracciones que conlleva la incesante búsqueda de los medios para costear su arte. El problema hoy en día, es la creciente apatía a este tipo de apadrinamiento, llegando el trabajo artístico a ser vilipendiado, por parte de personas carentes de sensibilidad y talento, pero con inaccesibles arcas repletas de dinero.
Son muchos los países que conocen esta práctica y muchas las personas que ejercen el mecenazgo de manera particular. Como ejemplo, se atribuye a Nicolás Maquiavelo ser diligente a la hora de agenciarse un mecenas a través de la dedicatoria de parte de sus trabajos. En el caso particular de El Príncipe, su obra cumbre, hay indicios de que éste manejó su dedicatoria hábilmente con la finalidad de conseguir un firme apoyo financiero. En este mismo tenor, otros notables hombres de talento supieron granjearse ese tipo de apoyo, a través de la historia.
Un nuevo escenario para los trabajadores culturales
Todavía hay que esperar una serie de pasos importantes, de fondo y forma, pero la proyección es que dentro de algunos meses ya estarán conformados dos organismos que vienen incluidos con esta nueva ley: la Dirección General de Mecenazgo (DGM) y el Consejo Nacional de Mecenazgo (CONME). Lo que más importa al trabajador cultural, en sentido general, es que tendrá un nuevo e importante instrumento de impulso a su trabajo.
Esta ley es un reconocimiento a una industria que es responsable de un significativo aporte al PIB de nuestro país y que es una importante fuente de empleos. En el caso de San José de Ocoa, con un impresionante derroche de talento en el ámbito cultural, esto puede significar el desarrollo de proyectos en áreas como: infraestructura, patrimonio cultural, arte escénico, artes visuales, investigación, espectáculos musicales, artesanía, Mipymes, capacitación, entre otras ramas.
Tenemos talentos para compartir con todo el país y el mundo; muchos de estos han tenido que dejar de lado su desarrollo artístico, porque la supervivencia es lo primero y tienen que elegir entre sus sueños y sus realidades. Nunca ha sido fácil avanzar a barlovento, y mucho menos en el área cultural. Es un buen momento para leer detenidamente esta ley, conocerla de pies a cabeza y preparar proyectos viables y acordes con los lineamientos que regirán el mecenazgo en nuestro país.
Llega la hora de la Economía Naranja y con esta brillan nuevas esperanzas para los trabajadores culturales.
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