Por: Jara Ysabel De los Santos Soto
Érase una vez, un niño pequeño llamado Thomas, Thomas le temía a la oscuridad, por ello, su madre siempre dejaba la luz encendida.
Una noche oscura, de había ido la electricidad en todo el pueblo, cosa que a Thomas le aterraba.
En la pequeña mesa de noche que tenía Thomas en su habitación, una pequeña lámpara adornaba todo, era recargable, se podía usar sin conector.
Cosa que a su madre enfadaba, su hijo tendría luz, pero no tenían suficiente dinero para pagar algo tan moderno.
Descansa pequeño.
Thomas está dormido, así que no responde, su madre aprovecha el momento y apaga la pequeña lámpara y se dirige a dormir.
A la mañana siguiente patrullas policiacas rodeaban la casa, la madre de Thomas estaba muerta. Lágrimas salían de los ojos del pequeño…
Pero nunca se deshizo del cuchillo con el que la asesino.
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